Correos, la última gran empresa estatal de España, atraviesa un profundo bache reputacional por los continuados retrasos en las entregas de todo el país. Un hecho que, como es habitual dada nuestra situación geográfica, incide de mayor manera en Canarias.
Se puede establecer como génesis de la difícil situación que vive el servicio al año de la pandemia por COVID-19, cuando la empresa ingresó un 12% menos y declaró unas pérdidas de 264 millones al finalizar 2020.
El envío de paquetería creció y se produjeron más operaciones que nunca, pero en ese ámbito del mercado hay más competencia privada, mientras que no es así al hablar del servicio postal, que supone el 65% de la facturación de Correos y sufrió un desplome de 500 millones de cartas.
Problemas en Canarias
Pronto comenzaron a oírse las primeras quejas en el Archipiélago que apuntaban a unas demoras excesivas en la entrega de la mensajería y paquetería. Si bien las primeras acumulaciones de pedidos se empezaron en escuchar en marzo, fue en septiembre de 2021 cuando se conoció que en el último año habían aumentado las reclamaciones a Correos en un 33%.
Los trabajadores se defendían argumentado que se cubrían 20 sesiones de reparto con siete carteros y desde la empresa argumentaban que eran retrasos de “uno o dos días”.
Después llegó la campaña de navidad y el servicio se resintió de manera notable. A las demoras se juntaban “entregas fallidas fantasma”, un caso recurrente que le sucedió a Jaume, quien, después de permanecer todo el día en su domicilio a la espera de regalo que había encargado para su hermano, recibió una notificación de Correos avisándole de que debía pasar a recoger el paquete por la oficina postal porque no estaba en el domicilio cuando se le fue a realizar el reparto.
Retrasos de meses
Ya por aquella época la dilación en la entrega de cartas y otros envíos podía llegar a sobrepasar el mes, como indicaron muchos usuarios en redes sociales. Los casos leídos en Twitter o Facebook se cuentan por decenas y reflejan una gestión deficitaria del servicio.
La compañía se defendía alegando fallos en la tecnología que estaban provocando el retraso de envíos a Canarias en su adaptación al nuevo tratamiento del Archipiélago, pero pasados los meses los retrasos se mantienen, igual que las “entregas fantasma”.
Rumores de privatización
Desde los sindicatos de los trabajadores llevan tiempo avisando que esta estrategia solo busca encontrar las condiciones favorables para una privatización de la empresa, hecho que lleva negando categóricamente Correos desde hace dos años, a través de comunicados, que exista un plan de privatización.
Sin embargo, según afirmó en Atlántico Hoy Pedro Segura, secretario provincial de CCOO-Correos Santa Cruz de Tenerife, los trabajadores de Correos creen que la llegada de Juan Manuel Serrano a la presidencia de la empresa pública inició el proceso, basándose en un informe de la AIReF que decía que "para ser rentable había que privatizar parte de la empresa y reducir plantilla".
Tanto Comisiones Obreras como UGT creen que la estrategia que pretende seguir Serrano es separar Correos en filiales para vender la parte que resulte más rentable y "dejar morir" a la menos provechosa, que coincide con los servicios de mensajería postal.
Correos express
A todo esto se suma el cierre de oficinas y transvase de actividad a Correos Express. Cuenta Pedro Segura que en febrero del pasado año, en el centro de Taco, “metieron a trabajadores de Correos Express y, ahora, los originales de Correos trabajan para la filial”, pasando a primar los envíos de Correos Express y luego los tradicionales.
Mientras tanto la empresa pública sigue con su estrategia de reconversión con proyectos piloto como el de los carros de reparto asistidos o la instalación de cinco cajeros automáticos en Tenerife.
Respuesta de Correos
Como respuesta a las reclamaciones de usuarios y las reivindicaciones de los trabajadores, Correos envía a los medios de comunicación que publican informaciones sobre la actual situación de la empresa una nota de prensa que ha sufrido pequeñas variaciones a lo largo de los últimos dos años cuyas líneas básicas son la garantía de la prestación del Servicio Postal Universal, la inexistencia de un plan de privatización o fragmentación o un trasvase de actividad de Correos a Correos Express.
Argumentan que “Correos se encuentra inmersa en un proceso de transformación de su modelo negocio, sin privatización ni despidos”, no están destruyendo empleo en las Islas ni realizando despidos, y tampoco “ha dejado de prestar servicio en ninguna población de Canarias”. La relevante cantidad de quejas indica lo contrario.