El conserje del edificio: “Convencí a la dueña para salir porque las llamas salían del cuarto"

Vecinos y vecinas del edificio afectado por las llamas tras el incendio de una vivienda comparten en Atlántico Hoy cómo vivieron el suceso

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Un camión de bomberos en la urbbanización y un grupo de vecinos evacuados / AH / BELA CABRERA
Un camión de bomberos en la urbbanización y un grupo de vecinos evacuados / AH / BELA CABRERA

Susto importante en la mañana del lunes para vecinos del bloque de viviendas afectados en Tome Cano y resto de ciudadanos que pudieron observar las llamas salir por las ventabas de la misma desde la calle Góngora, cuando no vieron la columna de humo que se vislumbraba desde varios puntos de la ciudad.

Recuperados ya de miedo inicial, los residentes del edificio afectados, así como del resto de bloques de la urbanización, conversaban en el amplio patio de acceso a los edificios, analizando lo que había pasado y descansando.

El primero en auxiliar

Entre ellos, el conserje de la urbanización, Miguel, el primero en subir a la casa donde se inició el fuego. “Estaba con mis labores, había notado el olor y vi a unos vecinos mirando hacia arriba”, contextualiza en declaraciones concedidas a Atlántico Hoy. “Subí y todavía estaba la señora dentro, pero no se podía estar con el humo”, agregó.

María Dolores, la vecina afectada por el fuego, vive sola, como otras tantas personas mayores del edificio, con o sin cuidadores.  “Me abrió la puerta y estaba intentando apagarlo. No se podía estar porque el humo estaba espeso, así que la convencí para salir”, señaló Miguel antes de compartir que intentó entrar, “pero ya salían las llamas del cuarto y el humo subió para arriba”.

Las amigas de la principal afectada

A pie de edificio, bajo la sombra que daba los bajos de otro de los bloques, descansaba en una silla la propia María Dolores, afligida por lo que había ocurrido y sin ganas de conversar, como es obvio. Junto a ella, en corro y en otras sillas dispuestas por los bomberos, conversaban sus amigas y vecinas del piso inferior, del piso superior y del siguiente, de las primeras en ser evacuadas.

“Al principio nos pusimos nerviosas, como es normal, pero luego ya estuvimos tranquilas cuando nos bajaron”, reconoce una de ellas a Atlántico Hoy. “La verdad es que ha habido mucha colaboración de todos los vecinos para la evacuación”, amplía su compañera a su derecha.

¿Un cortocircuito en el salón de estar?

Dentro del drama de tener que haber vivido la situación, sacan de positivo que “por lo menos estamos hablando ahora mismo”, en relación con lo que podía haber ocurrido si los bomberos y el resto de los equipos de emergencia no hubiesen actuado con la viveza que lo hicieron. Por ello, una de ellas es clara. “Deberían subirles el sueldo a todos los bomberos”.

Antes de salir del círculo de las sillas, una tercera vecina, muy amiga de María Dolores, indica a este medio de comunicación que el incendio no se inició en la cocina, como deducen los bomberos que, al fin y al cabo, son los expertos y profesionales en esto. “Me dijo que fue en el salón de estar, y como un cortocircuito. Que iba a salir al Mercadona y al cruzar la habitación lo vio”.

Intervención rápida

Con la ‘tranquilidad’ de vivirlo desde fuera, Alfonso, vecino en otro de los edificios de la urbanización, cuenta que, paradójicamente, él se enteró al salir del Mercadona. “Venía con el coche y oí un montón de sirenas y vi a un coche de bomberos, que se puso por la parte de atrás del edifico (calle Góngora), que es por donde salía el humo”, puntualiza.

Al momento, declara que empezaron a llegar policías por todos lados. “Cuando vine ya estaba todo lleno de policías y ambulancias, así que abrimos la puerta del garaje (que da acceso a todo el patio al aire libre) para que pasaran los bomberos y ambulancias”.

De esta manera, señala que “entraron rápido” y, como había explicado el sargento Manuel Barreto tras sofocar el fuego con relación a que no evacuaron a todos los vecinos, “sacaron a una mujer en silla de ruedas a la terraza, que vive en el quinto y la dejaron ahí con su cuidadora cuando vieron que el fuego no subía más del tercero”, aclarando que, por suerte, los bomberos “llegaron a tiempo para que las llamas no fuesen hacia arriba”.

Comprensión

Otros de los vecinos que aun miraba a la fachada frontal del edificio es Javier, cuya residencia, aun siendo el mismo bloque, estaba al otro extremo. Mi casa es esa -dice señalando a un cuarto piso y la única vivienda con las ventanas abiertas-. Creo que los bomberos entraron y arrancaron las cortinas para que saliera el humo”, apunta con todo tranquilo entendiendo la situación. Que todos estaban a salvo.