En un recóndito paraje de la isla de La Palma se encuentra uno de los enclaves más singulares que se pueden encontrar en Canarias, un lugar tan desconocido como intrigante.
Como una suerte de Petra al estilo isleño, en el interior de una cueva junto a un escarpado acantilado en el municipio de Tijarafe se encuentra un pequeño pueblo costero con pequeñas edificaciones que ha sobrevivido al paso de los años, el Porís de Candelaria.
Se encuentra ubicada en la zona geológicamente más antigua de la isla y la magia de la erosión ha obrado una curiosa coincidencia: la entrada por mar hacia el pequeño embarcadero está esculpida por la piedra de manera que se dibuja la figura misma de la isla bonita. Un guiño de la naturaleza.
Accesos
Entre sus modestas construcciones, adaptadas al sinuoso terreno, destaca una figura de la virgen del Carmen, que veneran vecinos y turistas.
Hasta la década de los años veinte del siglo pasado no había forma de acceder por vía terrestre, a partir del pueblo de Tijarafe, y solo se podía acceder a través del mar. En la actualidad se puede hacer caminando, aunque la ruta es de más de 10 kilómetros, o en coche, además de visitas guiadas en barco.