“No hace calor, hace fuego” es la frase que más se escucha en la calle en estos días. Da igual lo que diga la Agencia Estatal de Meteorología, esa afirmación es la predicción y confirmación de toda ola de calor. Y con este bochorno, las ganas de hacer algo se reducen a la nada. Solo apetece estar dentro del mar o en casa con el aire acondicionado o el ventilador puesto.
El problema es que si no se cuenta con un ventilador, va a resultar difícil hacerse con uno. Comprar un ventilador esta semana es una misión imposible a la que ni Tom Cruise podría hacerle frente. “No hay”, esa es la respuesta de cualquier dependiente al que se le pregunte.
No hay ventiladores
Con la misión de comprar un ventilador, se piensa el mapa de tiendas que se puede visitar para ver modelos y comparar precios. El chasco viene cuando no hay ninguna opción para elegir. Si se dirige a un dependiente a preguntarle por ventiladores, le mirará con cara de circunstancia, puede que pena o, incluso, con un sonrisa ladeada que refleja su pensamiento de que usted no es la primera persona que le hace esa cuestión hoy.
Grandes superficies de supermercados, como Carrefour o Alcampo, no tienen nada de mercancía y, para desilusión de quién tenga esperanza de conseguir esa máquina con helices, tampoco van a reponer. Una empleada coloca los precios de varios productos, mientras sigue con su tarea es tajante: “Vinieron por campaña y se acabaron hace mes y medio”.
Pocos modelos y precios desorbitados
En Mediamarkt parece haber luz al final del túnel o, en este caso, una brisa de aire. Como en otros establecimientos, no les quedaba nada; sin embargo, entró una pequeña tanda con algunos modelos. Los dos dependientes que atienden se miran y se ríen al dar la noticia de que hay una posibilidad. “¡Corre! Porque no sé si quedará alguno todavía. A primera hora ya había siete clientas preguntando por ventiladores”, exclama uno de ellos.
Ahí están los ventiladores, colocados uno al lado del otro en los palets de mercancía. Una clienta los mira y analiza. Ya tiene uno en el brazo, pero no se le ve convencida y revisa uno por uno los modelos y los precios. Su mirada va entre desesperación y cansancio. Ha ido ya a casi 10 tiendas preguntando y no ha conseguido nada. “Son unos estafadores…Se están aprovechando de la situación”, denuncia resoplando. En las etiquetas los precios no bajan de 100 euros. El calor y la exasperación han ganado esta vez. Sin más remedio y, a pesar de no estar conforme con el gasto que le va a suponer, la señora se dirige a caja a pagar su adquisición.
"No hay"
Probar en otras tiendas de electrónica y electrodomésticos es hacer cola junto a más personas con el mismo objetivo para que cuando el primer valiente hace la pregunta de si quedan ventiladores, todos en conjunto, acompañados por el mismo sentimiento de desesperación, suspiren ante el no del dependiente.
Las tiendas de segunda mano tampoco suponen una solución. En los dos establecimientos que se encuentran en la calle Francisco Gourié, en Las Palmas de Gran Canaria, Cash Converters y Recycle & Company, no tienen nada. Les han volado y los propios clientes les cuentan que han buscado en otros comercios sin éxito.
Otras opciones
Si se le ha ocurrido mirar en alguna aplicación de compra y venta de productos de segunda mano, como Wallapop, podrá ver también que las opciones están bastante reducidas. Entre componentes para ordenador, de repente aparece algún ventilador de mesa o torre; no obstante, son muy pocos y otros muchos usuarios ya han guardado el producto entre sus favoritos, por lo que se puede suponer que le habrán llegado ofertas a la persona que ha colgado el anuncio. Es su gran momento de escoger al mejor pujador.
Hay quiénes ante esta situación se declinan por la resignación y asumen que no conseguirán un ventilador asequible en el mercado actual para afrontar la ola de calor. Se convencen a sí mismos recalcando que “esto pasará” y que “solo lo iban a usar unos días”. Otras personas han optado por comprar un humidificador y probar a ver qué tal, si ayuda algo a atenuar la sensación de calor.
Sea como sea, las opciones están muy limitadas. En algún bazar se puede llegar a encontrar algún ventilador de mano u otros tan pequeños que suponen solo un placebo de la poca brisa que dan. Sin aire acondicionado ni ventilador, lo que queda es mantener las ventanas cerradas y las persianas bajas para que la casa se mantenga fresca dentro de lo posible. Quizás debido a las más que posibles futuras olas de calor, las campañas de los ventiladores se amplíen a los meses de otoño e invierno. Con este panorama, el ventilador parece que se convertirá sí o sí en un electrodoméstico básico en los hogares canarios.