Desestimar un contrato telefónico no fue una tarea sencilla para un antiguo cliente de la empresa de Orange, quién tras darse de baja de la compañia telefónica comenzó a recibir penalizaciones "por incumplimiento y consumos que no procedían, conforme a la cronología de los hechos" según apunta el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).
Orange tendrá que indemnizar al cliente con 900 euros por los "quebrantos personales" que le causaron cuando decidió darse de baja en el servicio. La autoridad judicial entiende que el actor "soportó una presión reiterada por parte de los mecanismos de cobro de la demandada y la imposibilidad del demandante por poder contactar, a la inversa, con la entidad demandada".
Los abusos de la compañía
Los hechos se remontan a diciembre de 2019 cuando el ciudadano decidió acreditar la baja de la compañía aportando los documentos oportunos para poder efectuarla en una de las oficinas de Orange. La empresa comenzó entonces a remitir recibos y facturas por conceptos indebidos. Según el magistrado, José Ramón García Aragón, estas acciones "le ha ocasionado un menoscabo y afectación personal, al soportar una situación de incertidumbre en canto a la deuda injustificada que se le reclamaba (...) y las advertencias y consecuencias que se le indicaban que se realizarían en caso de no abonar las cantidades que, a todas luces, resultaban indebidas".
La sentencia emitida no es suceptible de recurso, según el magistrado el excliente debe ser indemnizado con una cantidad de 900 euros por generarle al ciudadano "impotencia, ansiedad e incertidumbre en orden a la reclamación por conceptos que no se adeudaban".