En el comedor social de Nuestra Señora del Carmen, en Las Palmas, atienden a personas en situación de exclusión social. Antes de la pandemia recibían a unas 60 personas diariamente, ahora superan las 80 o 90 personas diarias. “Sobre todo trabajamos con colectivos sin hogar que no tienen medios para hacerse la comida o bien personas que habitan en pensiones donde tampoco tienen medios para poder cocinar”, explica David, trabajador social y director del comedor.
Cuando habla de personas sin hogar, David se refiere a aquellas que habitan en las calles, pero también “a personas que están bajo techo pero en alojamientos que no reúnen las condiciones adecuadas de habitabilidad como cuevas, chabolas o personas que viven de okupas”.
Aumenta la pobreza y la necesidad
Al igual que en el anterior, la ONG Rescate Canarias también afronta unos momentos difíciles donde las colas de personas que no tienen otra opción se suceden para conseguir un simple plato de comida. Bajo la sombra de los árboles de la calle se colocan unos detrás de otros y esperan a que llegue el turno de poder comer, alguno de ellos, el primer plato del día. “Gente que no llega a fin de mes, personas migrantes que se encuentran sin nada”, explica José Ramón, su presidente. Son muchas las personas que pasan por esa acera y que descansan bajo la sombra de esos árboles. Pero, sobre todo, son muchos los problemas que enfrentan.
Y es que el 37,8% de la población de Canarias se encontraba en riesgo de pobreza en el año 2021, siendo una de las regiones españolas con mayor tasa AROPE (At Risk of Poverty and/or Exclusión en sus siglas en inglés). De esta forma, Canarias supera en 10 puntos la tasa nacional, el equivalente a un 36% más, según un informe elaborado por la Red Europea Antipobreza (EAPN).
Los alarmantes datos exponen que 822.130 personas residentes en Canarias están en riesgo de pobreza y/o exclusión social. Una de las cuestiones estructurales que se destacan en el informe sobre la generación de pobreza es la situación respecto a la vivienda (enlace datos alquiler). En Canarias, el 15% de la población tiene gastos de vivienda superiores al 40% de su renta disponible, sin embargo, entre las personas pobres la cifra se triplica y alcanza al 49,5%.
Dificultades
Al tratarse de una ONG sin ánimo de lucro, el comedor social de Nuestra Señora del Carmen se encuentra con la dificultad de que las subvenciones dadas por las administraciones las reciben a final de año y “eso obliga a cubrir todos los gatos siempre con dinero propio”, asegura David. Además, muchas de las personas a las que atienden han visto su vida truncada por las drogas y el alcohol, “lo que se convierte también en una difícil realidad porque llevan muchos años sin hogar y es muy fácil que recaigan continuamente en las adicciones”.
José Ramón, por su parte, explica que “cada día es una odisea” para poder preparar toda la comida y “llegar a todos los que se nos acercan que son cada vez más”. Las ayudas entregadas por parte del Gobierno de Canarias son insuficientes porque “solo cubren la mitad del proyecto, los demás ingresos vienen de empresas que nos ayudan a continuar”. Sin embargo, necesitan “ayuda de las instituciones públicas para poder dar el salto de tranquilidad que esta iniciativa necesita”, concluye.