“Yo siempre digo que debes arriesgar para ganar”. “Te cambia la vida por completo”. “No es una decisión fácil”. La ilusión y la esperanza jamás se deben perder, pero durante la juventud están a flor de piel. Las ganas de llegar lejos, el vértigo que da tener toda una vida por delante llena de incógnitas y el ansia de exprimir cada segundo como si fuera el último son sensaciones únicas. Seguro que Elena, Kalina y Álvaro están de acuerdo.
Los tres han sido estudiantes del American School of Las Palmas, un colegio ubicado en la capital grancanaria que está considerado como uno de los mejores del Archipiélago. Ahora juegan al fútbol en Estados Unidos y Emiratos Árabes a la vez que estudian una carrera. Todo gracias a una beca que consiguieron por la intermediación del centro educativo.
Desde los 14 años
Álex Hernández es el coordinador universitario y su papel es fundamental. Junto a otros profesores dirigie al alumnado de cara a conseguir ese dinero y la oportunidad de cruzar el charco para alcanzar sus metas. “En los dos últimos años hemos creado una asignatura que se llama Orientación Universitaria”, afirma.
“Tenemos reuniones los últimos cuatro años con la familia. Cuando un alumno está en tercero de la ESO empezamos a reunirnos con los padres porque la filosofía es que tienen que estar lo más preparados posible. Para el tema deportivo ellos –los estadounidenses– quieren que los alumnos tengan la nota más alta posible”, prosigue el docente.
Arriesgar
Elena Pérez, una joven de 19 años, narra que lleva jugando al fútbol toda su vida y “desde que era más pequeña sabía lo que quería”. Gracias a la ayuda que recibe, de unos 35.000 dólares por semestre, puede vivir y formarse en la Drury University (Springfield, Missouri).
Está en su segundo año de Management y Marketing y es feliz allí. Apuesta por arriesgar en la vida porque “si no te gusta siempre tienes tiempo de volver a España”. En un guiño a su familia, resalta que sus padres la han ayudado mucho. “Yo llevo jugando al fútbol desde que nací prácticamente y sabían que este era mi sueño. Se lo debo todo a ellos”, expresa.
Conocer otras culturas
Para ella, lo más enriquecedor es conocer a personas de todo el mundo y de otras culturas. “No ha sido muy complicado, aunque a veces tienes malos momentos. Cuando empieza el frío, por ejemplo, te apetece estar en casa con tu familia pero yo estoy contenta y tiene muchas cosas buenas”, comenta.
“El colegio americano nos ha preparado superbién porque usa el mismo sistema que en EEUU. Eso nos facilita un montón el dominar el idioma. Hay exámenes que tienes que aprobar para poder venirte, no es un proceso fácil. Pero si quieres el colegio te apoya”, garantiza Elena.
Ahorro económico
Para que tanto ella como el resto de sus compañeros se prepararan mejor cursaron una asignatura que se llama Advance Placement. Álex Hernández explica que “mientras muchos colegios se concentran en el bachillerato internacional nosotros nos centramos en este examen porque para Estados Unidos te da créditos”.
“Esto supone para las familias un ahorro económico y significa que tienes nivel. Somos el centro oficial para este examen. Somos de los únicos colegios en España que permiten a alumnos externos”, sentencia.
Otros deportes
De media, un estudiante se lleva cada año entre 20.000 y 50.000 dólares si recibe la beca. 160.000 en total si se suman los cuatro años. Para que sean aceptados no se gestiona mediante convenios como en España porque allí están prohibidos. Lo que se necesita es que reciba el visto bueno del entrenador porque es el que ofrece el dinero y ve los vídeos.
Aunque el fútbol masculino y femenino no es el único deporte que van a practicar los jóvenes estudiantes del American School of Las Palmas. También es muy habitual que vayan a jugar al tenis, golf y baloncesto. Las carreras que más se estudian son Ingeniería, Administración y Dirección de Empresas, y Relaciones Internacionales. El año pasado se fueron seis alumnos.
Los padres, encantados
Álvaro Macías estudia Bussines con finanzas en la Saint Michael 's College, en el Estado de Vermont. “Hay un profesor en la American School que tenía un contacto con uno de los entrenadores de la uni donde estoy”, indica. “Mandamos mi vídeo, tuvimos reuniones por videollamada, me explicaron el procedimiento y es verdad que hay que empezar con bastante tiempo”, agrega.
Aunque la decisión de marcharse no fue sencilla y al principio le costó un poco la soledad, está muy cómodo. Tiene un grupo de amigos con los que hace planes para disfrutar la experiencia. Sus padres están encantados porque piensan que es una buena oportunidad para él.
"Quería un reto nuevo"
Kalina Georgieva, natural de Bulgaria, llegó a Gran Canaria con tan solo 11 años y es una isleña más. También fue alumna del American School of Las Palmas pero ella no está en Estados Unidos. Al otro lado de la pantalla atiende a Atlántico Hoy desde Dubai (Emiratos Árabes), donde estudia Diseño Interior. Puede parecer extraño a pesar de ser razonable: tiene familia allí.
“Vi que aquí había muchas oportunidades para jugar al fútbol y que se está desarrollando muchísimo el femenino. Quería un reto nuevo”, declara. En su opinión, existe una idea equivocada sobre ese país porque “en realidad hay ligas femeninas que son de 7 u 11 personas”. “Yo creo que se está desarrollando muchísimo”, añade.
Desarrollo personal
Lo que más difícil le resultó fue “la diferencia entre las personas” porque allí la gente “es más cerrada” de lo que ella está acostumbrada. Al margen, asegura que ya se ha acostumbrado a Dubai y cree que se va a asentar allí porque “es un sitio donde puedes encontrar muchísimas oportunidades para todo. Siempre vas a poder sentirte útil y avanzar en la vida”.
Resalta que la experiencia te cambia la vida por completo. “Este es un sitio en el que yo me puedo desarrollar como persona en mi faceta profesional y personal”, garantiza. Es la cuarta vez que se muda en su vida. De Bulgaria se marchó a Kenia. De allí pasó a vivir en Inglaterra unos meses hasta acabar en España y ahora reside en Emiratos Árabes.
La joven no descarta un nuevo cambio dentro de mucho. Ya sabe, las ganas de llegar lejos, el vértigo que da tener toda una vida por delante llena de incógnitas y el ansia de exprimir cada segundo como si fuera el último.