Después de 13 años, la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias ha declarado como plaga a la cochinilla basta del carmín o cochinilla mexicana (Dactylopius opuntiae). Esta afecta principalmente a la tunera y fue descubierta en 2010 en Fuencaliente, La Palma. Cuando se fija a la planta produce un color amarillento que, posteriormente, causa la muerte de los tejidos vegetales en las pencas y sus frutos.
Para su control, el Gobierno autonómico recomienda a destrucción del material infectado porque debilita a la planta y provoca la caída prematura del fruto hasta el punto de provocar la muerte de la planta. La declaración de plaga de la cochinilla mexicana implica medidas de control y fitosanitarias como la prohibición del movimiento de cualquier material vegetal del género Opuntia entre los territorios insulares, o la salida de material vegetal de una parcela infectada, excepto en el caso de los frutos recolectados y desprovistos del insecto.
Descubrimiento
Fue en 2010 cuando Juan José Santos, vecino de Fuencaliente, se percató de que en una tunera que se encontraba al borde de la carretera estaba plagada de cochinillas. Sin embargo, estas no eran las conocidas por las del tinte, "las de toda la vida", así que se puso en contacto con el servicio de inspección agraria del Cabildo de La Palma para confirmar sus sospechas.
¿Cómo se pueden diferenciar? El Gobierno de Canarias ha emitido una serie de recomendaciones para poder distinguir la cochinilla mexicana de la cochinilla del carmín —esta última posee el distintivo europeo de Denominación de Origen Protegida (DOP) para la extracción del colorante natural ácido carmínico—. "Mientras la cochinilla mexicana presenta una forma achatada y menor tamaño y puede provocar la destrucción de la tunera, la tradicional es globosa, más grande y convive con la planta”.
13 años de espera
Desde que fue descubierta se ha constatado la presencia de esta plaga en El Rosario, Tenerife, y en las islas de Lanzarote y Gran Canaria. Según una entrevista a EFE, Juan José Santos lleva desde entonces tratando de lidiar con la plaga de sus tuneras usando distintos métodos para su control, como el uso de pavos y gallos que se comen el insecto “y que funcionaba bastante bien”.
Aunque reconoce que “hay quien utiliza productos químicos de la platanera para control de plagas”, él recomienda “agua a presión y barrer la planta cada quince días”, especialmente en las zonas bajas de la tunera, que es donde la cochinilla forma las colonias de mayor tamaño.