El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, aseguró este lunes que el Archipiélago no se siente escuchado por Madrid y Bruselas ante el repunte de llegadas de migrantes. Un día después, esta vez en sesión parlamentaria, ha vuelto a insistir en la idea. Ha advertido que las Islas no pueden asumir en solitario toda la carga de la ruta migratoria.
El jefe del Ejecutivo ha propuesto "un frente común" en Canarias. ¿Con qué objetivo? "Para demandar que el Estado y la Unión Europea (UE) nos escuchen y nos atiendan", afirmó. Añadió que para ambas instituciones es muy cómodo que el problema se quede en el Archipiélago, "pero no es justo ni solidario".
Un interlocutor
El presidente ha demandado un único interlocutor en el Ejecutivo estatal para abordar todas las situaciones relacionadas con la inmigración, porque ahora mismo el Gobierno de Canarias tiene que dirigirse a seis ministerios distintos en función del aspecto del problema que se aborde: Exteriores, Interior, Seguridad Social, Políticas Sociales, Defensa y Transportes.
En opinión de Clavijo, hay que sacar la inmigración del debate partidista, aunque no del debate político "porque es la política la que debe resolver estos problemas". Además, ha demandado a España "una respuesta contundente" y que promueva una respuesta de la UE aprovechando el semestre de presidencia comunitaria.
Falta de previsión
Ha expresado su asombro por lo que considera falta de previsión y de medios por parte del Estado para atender la crisis migratoria por el incremento en la llegada de cayucos y pateras a las costas de las islas. "Nos preocupa, nos duele y nos asombra" la insuficiencia de medios, puesto que no es algo "sobrevenido" o que "nos coja de imprevisto" y por tanto "se podría haber planificado", ha dicho el líder del gobierno autonómico.
El diputado del grupo Mixto, Raúl Acosta, ha coincidido con él en la falta de previsión y se ha referido en particular a su isla, El Hierro, donde cerca de 1.500 inmigrantes han llegado en las últimas semanas, lo que genera problemas en asistencia sanitaria y en alojamiento, con las personas "hacinadas en centros improvisados".