Coger un vuelo en los últimos días en Canarias ha supuesto una aventura que para muchos fue una odisea en la que hubo cancelaciones, frustraciones y mucha incertidumbre a raíz de la tormenta tropical Hermine. Una experiencia que vivió en sus carnes un grupo de medio centenar de personas que salían este lunes desde Lanzarote hacia La Palma con escala en Gran Canaria. Después de más de medio día en la isla donde creían que solo iban a pasar unas horas y mucho malestar con la compañía aérea Binter por el mal trato que aseguran haber recibido de su parte, han sido reubicados en un avión de Canary Fly para ellos solos a las 13:00 horas de este martes con el que han podido regresar a sus hogares.
Eran las 18:00 horas de este lunes en el Aeropuerto César Manrique de Lanzarote. En ese momento, 48 personas tenían que coger un vuelo con la compañía Binter para hacer escala en Gran Canaria con destino a La Palma y poner fin a una excursión que había organizado una asociación para la tercera edad de la isla bonita. Las inclemencias meteorológicas provocadas por Hermine hicieron que el viaje se retrasara unas horas.
El problema llegó al aterrizar en Gando. Allí, cansados por los inconvenientes que habían surgido, se dirigieron hacia la puerta de embarque que les correspondía para llegar a Villa de Mazo. Cuando estaban a punto de subir al avión, se les pidió que dieran la vuelta porque las lluvias y la poca visibilidad no permitían operar en el aeropuerto palmero. “Luego, ese avión salió con destino a Fuerteventura”, cuenta uno de los damnificados.
Una larga espera
Los afectados se concentraron en las instalaciones del Aeropuerto de Gran Canaria —donde todavía se encontraban el mediodía de este martes— a la espera de alguna solución por parte de la compañía y de Viajes Nacientes, la agencia que organizaba la excursión. Un largo tiempo de espera en el que, según María Nieves Rodríguez y su prima, que se llama igual, no les dieron ni agua ni comida. Y añaden: “A esa hora, los establecimientos del aeropuerto estaban cerrados y no teníamos opción a comprarnos algo”.
La sensación mayoritaria era de mucho malestar. “Somos personas mayores y no pueden darnos este trato, algunos compañeros tienen enfermedades por las que necesitan hasta ponerse oxígeno”, afirma una pasajera que bromea sobre “que no tiene nombre”
Hotel y guagua
Dori, perjudicada también por esta situación, relata que Binter contactó con ellos y, a altas horas de la madrugada, les puso una guagua que los transportó hasta un hotel del sur para pasar la noche. Llegaron al alojamiento a las cinco de la mañana, tres horas antes de que saliera la guagua que los transportaría de vuelta al aeropuerto. “No he dormido nada, solo me dio tiempo a cambiarme de ropa”, dice José Gilberto Marante con una sonrisa irónica.
Después de que algunos durmieran horas contadas y otros se mantuvieran en vela, como José Gilberto, se dirigieron a esperar la guagua que tendría que haber salido a las 8:00, “pero salió pasadas las 9:00”, dice Dori. Varios aseguran que en el hotel sí pudieron cenar, desayunar y beber agua “tras horas sin opción a hacerlo por el mal trato recibido por Binter”.
Sin noticias a la vista
El martes al mediodía llevaban dos horas con la misma incertidumbre que cuando desembarcaron en la isla grancanaria doce horas antes. La compañía aún no les había confirmado nada y no sabían si podrían volar este martes o si les llevarían de vuelta al hotel. La desesperación era tanta por parte de estas personas que María Nieves estaba dispuesta a buscar una alternativa por su cuenta: “Si yo supiera que ahora hay un vuelo para Tenerife, me marcharía a casa de mi hija”.
Otra pasajera del grupo contó que Binter les había dicho que a las 10:00 los llamó, pero no recibieron respuesta por parte de ninguno de los integrantes. "Eso es absolutamente falso, porque hemos estado atentos a nuestros teléfonos y nadie ha recibido ninguna llamada”, dice. Todos coinciden en recalcar la idea de que tienen una avanzada edad y se les debería haber dado una alternativa con mayor inmediatez.
Qué dice la agencia de viajes
Atlántico Hoy se ha puesto en contacto con Viajes Nacientes, la compañía que organizó la excursión de estos mayores, para conocer su versión. La persona que responde, cuando aún no se sabía qué iba a ocurrir, cuenta que están “en constante comunicación con Binter para poder reorganizar los vuelos”, dado que “es mucha gente y resulta complicado hacer esa organización”. Finalmente, pudieron volar con Canary Fly una hora después de que este medio hablara con la empresa organizadora del viaje.
La agencia asegura que el Aeropuerto de La Palma aún no funcionaba con normalidad, dado que allí seguía lloviendo y las condiciones no eran óptimas. Sobre el trato ofrecido a los pasajeros, garantiza que “han estado atendidos en todo momento por parte de la compañía aérea, se les ha puesto un hotel donde han podido comer y que recibirían un bono de comida para que pudieran utilizarlo en el aeropuerto”. Culmina diciendo que estaban haciendo todo lo posible para solucionarlo.
Malestar de otros viajeros
Suso y Margarita tenían un vuelo reservado para las 22:00 horas de este lunes entre Gran Canaria y Lanzarote también con Binter por razones médicas. “La compañía nos lo fue aplazando hasta las tres de la madrugada, cuando nos confirmaron que se había cancelado”. Ambos dicen que había largas colas para poner reclamaciones. “Nos tuvieron aquí tirados durante horas sin saber nada”, afirma Suso.
En ese momento, la empresa de vuelos les puso un hotel en el sur de la isla, pero, según dicen, no les facilitaron un medio de transporte y han tenido que moverse con taxis, razón por la que ratifican que “no hemos recibido ninguna buena atención por parte de Binter”. Tras ir a la ventanilla de información de la compañía esta mañana, podrán viajar a las 14:00 horas.
Vuelos nacionales
Algunos vuelos con destino a la península también se han visto afectados de manera sobrevenida por la tormenta subtropical sufrida este fin de semana en Canarias. Andoni y Begoña, un matrimonio vasco que tenía previsto volar con Vueling el domingo a Bilbao vieron cómo su viaje se cancelaba por las malas condiciones del tiempo. Aunque entienden que el vuelo se debía cancelar, están molestos también por el trato recibido por parte de la compañía aérea. “Tuvimos que volver a alojarnos en el mismo hotel de Maspalomas al no recibir una alternativa”.
Ahora pondrán la queja pertinente, aunque eso suponga “otro largo proceso” y viajaron en la jornada de martes a las 15:00 horas haciendo escala en Barcelona para llegar a su destino a las diez de la noche. “Nosotros hemos asumido esta situación con tranquilidad porque somos jubilados, pero las personas que tienen que ir a trabajar se habrán visto mucho más afectadas”, agregan.
Resaca postormenta
Una trabajadora de una cafetería del Aeropuerto de Gran Canaria, apurada por haber tardado en atender a un cliente, se justifica diciendo que aún se están recuperando de la resaca de la tormenta. Desde el sábado, los aeropuertos del Archipiélago han sufrido las consecuencias de Hermine, la tormenta tropical que acabó aminorando a depresión subtropical.
Entre el sábado y el lunes se cancelaron en todas las islas más de 600 vuelos porque las circunstancias no permitían volar, y aunque parece que la normalidad ya casi se ha recuperado, para algunos viajeros ha tardado en llegar la calma después de la tormenta.
70 escritores atrapados
El pasado fin de semana se celebraron en el Hotel de Santa Catalina, en Las Palmas de Gran Canaria, las Jornadas Literarias Formentor donde confluyeron decenas de escritores de renombre y fue galardonada con el premio Formentor de Las Letras la rusa Liudmila Ulítskaya. Los asistentes al evento, que venían de diferentes punto de España y el extranjero, vieron cómo sus vuelos de regreso se veían afectados según informa La Vanguardia.
El guionista Jorge Carrión dijo que decidió aprovechar ese tiempo para terminar el guion de la novela gráfica El Museo y añadió: "Si el retraso se alarga, tendré tiempo de traducirlo completamente al catalán". Algunos bromeaban sobre la idea de que la situación recordaba a la película El ángel exterminador de Luis Buñuel, un filme en el que los invitados a una fiesta no pueden abandonarla.