Los chiringuitos ya no son lo que eran y, en algunos casos, han cambiado a mejor. Muchos de estos establecimientos han ampliado su oferta y ya no se limitan a bebidas, bocadillos y aperitivos. Los clientes siguen poniendo el listón alto en lo que a la calidad de los platos se refiere pero además valoran un entorno informal, decantándose a menudo por ambientes en los que el código de vestimenta permita comer en manga corta y cholas. Que para eso está el verano.
En estos restaurantes a pie de playa es casi obligatorio que el pescado y el marisco sean protagonistas. Para aprovechar todo su sabor no hay nada mejor que prepararlos con un buen arroz para que todo se impregne de ese gusto a mar. ¿Hay algo más veraniego que una paella? Además es un plato que se adapta a todos los paladares, desde las opciones más populares de marisco hasta las alternativas con carne u alternativas vegetarianas con verduras.
Un maestro arrocero en Playa Blanca
Por sus impresionantes paisajes formados durante milenios de erupciones sucesivas, Lanzarote es conocida como la Isla de los Volcanes. Además de Costa Teguise o Puerto del Carmen, otro de sus principales núcleos turísticos se localiza en el extremo sur de la isla, concretamente en Playa Blanca, perteneciente al municipio de Yaiza, que alberga las famosas playas de Papagayo.
En esta localidad se encuentra el Chiringuito Bar Tropical de Lanzarote, en el Hotel Royal Mónica, que ha sido galardonado con un Solete Repsol, la distinción que otorga la Guía a establecimientos más informales como bares o chiringuitos. Allí el maestro arrocero Luis Benito prepara en primera línea de mar exquisiteces como el arroz meloso de marisco, arroz con carabineros o arroz con bogavante, platos que se disfrutan con unas vistas privilegiadas al Islote de Lobos y Fuerteventura.
También domina otras recetas de contenido más carnívoro como el arroz con manitas de cerdo y foie o la paella ibérica -con costillas, secreto y pluma ibérica-, sin por ello renunciar a clásicos como el arroz negro, el arroz del señoret, la fideua o la paella valenciana. Hay que pedirlas por encargo y son como mínimo para dos personas, por lo que es recomendable llamar con antelación ya que además suele ser un lugar concurrido.
Un dulce final antes del brindis
Puede ser que después de un plato de arroz (o dos), no nos quede ya sitio para el postre pero hay comensales que no lo perdonan bajo ningún concepto y que, de hecho, empiezan su almuerzo o cena con la vista puesta en un dulce desenlace. En el Chiringuito Tropical los postres son tan contundentes que merecen un capítulo aparte. Si lo prefieren, llámenlo merienda.
Y es que no solo ofrecen brownie, torrijas, tarta de zanahoria, tarta con arándanos o cheesecake, si no que también preparan crepes y gofres, con chocolate, nata y helado. No hay razón para asustarse: siempre se puede optar por pedir varias cucharillas y compartir.
Para la sobremesa entramos de lleno en la carta de cócteles donde, además de una variedad de mojitos -de mango, maracuyá, fresa, piña o kiwi- sirven otros clásicos combinados playeros como daiquiri, margarita, caipirinha, piña colada, long islan, tequila sunrise, sex on the beach o aperol spritz. ¡Salud!