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Sociedad

Cesado un vocal del Comité de Árbitros de Las Palmas tras una condena por exhibicionismo

El condenado, que también pertenece al Comité Técnico de Árbitros a nivel nacional, mostró sus genitales a un menor a través de una ventana de su domicilio y lo invitó a subir

G. Díaz Medina / Martín Alonso

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Sergio Rodríguez Báez, el vocal del Comité Técnico de Árbitros cesado por la Federación de Las Palmas tras ser condenado por exhibicionismo

La Federación Interinsular de Fútbol de Las Palmas ha cesado este miércoles al vocal de informes del Comité Técnico de Árbitros, Sergio Rodríguez Báez. La medida se toma después de que el Juzgado de lo Penal Número 4 de Las Palmas de Gran Canaria lo condenara como responsable criminalmente en concepto de autor de un delito de exhibicionismo. 

Se da la circunstancia de que Sergio también pertenece al Comité Técnico de Árbitros a nivel nacional, organismo en el que se dedica a realizar informes sobre las actuaciones arbitrales. Rodríguez estuvo la pasada jornada de fútbol, siguiendo en Barcelona, el partido entre el RCD Espanyol y el Racing de Ferrol.

Cese inmediato

En un comunicado al que ha tenido acceso este medio, la FIFLP explica que ha ordenado el cese inmediato de Sergio Rodríguez Baez como vocal del Comité Técnico de Árbitros.

"Esta misma tarde, tras conocer por fuentes periodísticas, de una sentencia judicial sobre unos hechos ocurridos en 2022 de los que no teníamos conocimiento alguno, se ha acordado su cese como vocal del CTA de carácter inmediato y se ha dado traslado de la información que disponemos al Comité Nacional del que forma parte como informador de Primera y Segunda División", informa.

Lo invitó a subir a su casa

En la sentencia a la que ha tenido acceso Atlántico Hoy, se relata como el 2 de febrero de 2022, Sergio Rodríguez, estaba en su casa sobre las 14:30 horas, cuando “con ánimo de satisfacer sus más reprobables instintos sexuales”, desde una ventana de su domicilio en Las Palmas de Gran Canaria, “mostró sus genitales a un menor de edad”, al tiempo que se los tocaba e invitaba al menor a subir a su casa, detalla el documento.

El magistrado condena al directivo a la pena de 15 meses de multa, con cuota diaria de diez euros y responsabilidad personal subsidiaria en caso de impago de un día de privación por cada dos cuotas no satisfechas, y la prohibición de comunicarse por cualquier medio con el menor durante dos años. La sentencia ha satisfecho las demandas de los abogados de la acusación particular, Eliezer Santana y Carlos Da Mata.

En total la cantidad a pagar por el directivo asciende a 4.500 euros. La sentencia ya es firme y no cabe recurso contra ella.