Una imagen vale más que mil palabras, eso siempre se ha dicho, y este refrán puede adquirir incluso más valor cuando se trata de un cartel o un logotipo promocional de una entidad pública. Lo más habitual es que la institución realice un concurso para decidir el próximo diseño de su proyecto o campaña; no obstante, hay veces que esto no funciona así.
Ha sido el caso del cartel del Carnaval de Los Llanos de Aridane que ha provocado revuelo en la comunidad artística. El Ayuntamiento anunció que convocaría el concurso para seleccionar el próximo rótulo para promocionar sus fiestas, pero las bases nunca llegaron a publicarse y la entidad municipal presentó un cartel realizado con inteligencia artificial y una imagen gratuita del portal Freepik.
"Poco interés por el diseño"
“Es la triste realidad de los diseñadores hoy en día”, ha declarado el diseñador gráfico Ricardo Camacho a Atlántico Hoy. Camacho pone de ejemplo el caso del logotipo presentado por la Junta de Castilla y León para identificar a las empresas dedicadas al turismo de naturaleza en la región, que también creó polémica por su cuestionable calidad.
“Últimamente hay poco interés por el diseño”, ha expresado el creador. Una opinión en la que coincide Javier Torres, profesor de Diseño de la Universidad de La Laguna y también diseñador de murgas, del cartel del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife en 2016 o director de la escenografía del escenario carnavalero de 2020 de la capital tinerfeña, que ha añadido que “no se cuida el aspecto del diseño”.
El concurso no se publicó
Para Torres, “si sale a concurso o designación directa es una decisión política”. Sin embargo, ha indicado que en muchas ocasiones existe falta de implicación por parte de las entidades en cuestiones de diseño y “son poco cuidadosos al hacer encargos”, cuando podrían acudir a asociaciones de diseño para que “estos profesionales les asesoren”. Camacho ha señalado que situaciones como la que se ha producido en el municipio palmero “se han dado toda la vida” y se generan “casos de colegueo e intrusismo laboral”.
El Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane ha apuntado a este medio que, a pesar de haber anunciado el concurso, este no se publicó “por problemas administrativos” y que se encargó a una empresa local, que ofreció varias opciones y se optó por la ya conocida imagen de la mujer robot. Desde la Concejalía de Fiestas reconocen el error de no comunicar que no se iba a realizar el concurso al final.
Denunciar estos casos
Los diseñadores siguen viendo el problema más allá de avisar o no de la realización del concurso. En cuanto a rigurosidad, usar “imágenes de bancos o libre disposición no habla muy bien del profesional” y tampoco “es una buena promoción de la fiesta”, ha explicado el profesor de Diseño, que también cuestiona la utilización de la IA, pues aunque “es un recurso más”, en lo que respecta a la ética “es una cuestión delicada”, ya que “la IA hace un barrido de lo que ya existe y genera un collage”, por lo que no se trata de una creación como tal. Para Torres, esta herramienta es “interesante para experimentar en la fase de desarrollo, pero no como resultado final”.
Para Camacho, como para otras personas del sector, las redes sociales han supuesto un papel vital para denunciar estas “prácticas deshonestas” y que se piense un poco antes de actuar así. “En España y, sobre todo en Canarias, aún queda un largo camino para dar al diseño el valor que se merece y denunciar estos casos es algo vital para ello”.
El diseñador ha concluido manifestando que para que no se den situaciones como la del cartel del carnaval, “lo que hay que hacer es educar visualmente a la población, ofrecerle piezas visuales de calidad que sensibilicen a la sociedad” para así “cuando vean un cartel sepan apreciar el valor de este”. “De esta manera las personas sabrán discernir entre una obra sin alma y otra con un gran trabajo detrás y a la gente suele gustarle más las cosas únicas”.