A veces en lo cotidiano se esconden hechos realmente curiosos. Quizás veamos todos los días algo que para nosotros es habitual pero para otra persona puede suponer un nuevo y gran descubrimiento. Fachadas de edificios preciosos, senderos que parecen de película, playas recónditas alejadas del mundo y un sinfín de escondites originales que nos recuerdan —de vez en cuando— que la belleza de la vida erradica principalmente en esas pequeñas sorpresas.
En Canarias hay un edificio que parece una ilusión óptica, o incluso un videojuego, donde la carretera no pasa por donde los vehículos esperan, sino que recorre nada más y nada menos que las azoteas de los edificios.
El singular edificio en Tacoronte
En la hermosa localidad de Tacoronte, Tenerife, se encuentra un singular inmueble que ha capturado la atención de las redes sociales en los últimos días. Este edificio, construido en la década de los 60, alberga 60 viviendas y destaca por su curiosa ubicación: una carretera que conecta el barrio de Mesa del Mar pasa sobre su azotea, a más de 20 metros de altura. Este hecho inusual ha suscitado tanto admiración como controversia entre los habitantes y visitantes de la zona.
El edificio fue diseñado para satisfacer la creciente demanda de vivienda en la zona, sirviendo como soporte para la carretera que baja hacia la línea de costa. Los vecinos aseguran que esta combinación de vivienda e infraestructura ha sido esencial para la convivencia en el área, permitiendo el acceso a la comunidad sin sacrificar espacios habitables.
@special_six 🏢 Una de las construcciones más surrealistas de Canarias: el edificio Los Ficus #specialsix #islascanarias #canarias #edificiolosficus ♬ sonido original - Special Six
Un diseño criticado
Antiguamente, los vehículos solían aparcar en el arcén de la carretera, pero la situación se volvió insostenible debido al peso que ejercían sobre la vía, lo que llevó a la prohibición del aparcamiento en esta zona. A pesar de la cercanía de la carretera, los residentes afirman que no se ven afectados por el ruido. Sin embargo, aquellos que viven en los pisos más altos, más cercanos a la vía, pueden experimentar vibraciones ocasionales.
A pesar de su singularidad, este edificio ha sido objeto de críticas urbanísticas. Muchos argumentan que se ha aprovechado excesivamente un espacio natural en la zona. En noviembre de 2018, Tacoronte se vio envuelto en una fuerte polémica debido a la proximidad de otro inmueble, Mar y Sol, que había sido un hotel antes de convertirse en residencia. Un fuerte temporal durante ese año provocó olas de gran altura que destrozaron las primeras plantas de este edificio, subrayando la vulnerabilidad de las construcciones cercanas a la costa.