Canarias deja la duda y se contagia de la propuesta de la ministra de Educación, Pilar Alegría, para prohibir el uso del móvil en primaria durante el horario lectivo.
Después de la incorporación de Andalucía al listado de comunidades que apuestan por limitar los dispositivos en las aulas, Galicia, Madrid y Castilla-La Mancha, y Canarias, Murcia y Cataluña han comenzado a dar los primeros pasos para estudiar cómo regular esta cuestión.
Los móviles y los niños
En coincidencia con la extensión de una incipiente presión social para limitar la entrega del móvil a los menores, el INE publicó hace unos días que por primera vez en España la proporción de niños de 10 a 15 años que tienen móvil ha superado el 70%, con subidas en los últimos 10 años en la mayor parte de las autonomías, en especial desde la llegada de la Covid-19.
Antes de los 14 o incluso de los 16 años, siete de cada diez chicos y chicas de 10 a 15 años tienen su propio teléfono, lo que supone 7,5 puntos porcentuales más que en 2013.
Otros países
Francia, Finlandia, Países Bajos y numerosos colegios del Reino Unido impiden ya el empleo de móviles en las aulas por entender que daña el rendimiento académico y la salud mental.
Castilla-La Mancha fue la primera que vetó en 2014 el móvil en los centros, a la que siguieron poco después Galicia y Madrid, y hace unos días Andalucía se ha unido a ellas.
En el resto del país predomina la autonomía de los centros que suelen permitirlo en clase si hay detrás un fin didáctico, mientras que en el recreo se restringe o directamente se prohíbe.
Canarias
La Consejería canaria de Educación anunció en noviembre que consultaría al Consejo Escolar sobre este tema.
Según el consejero de Educación, Poli Suárez, se ha hablado de forma "no oficial" acerca de cómo se gestiona el uso de los dispositivos en los centros porque es un tema "que se debe empezar a valorar formalmente".
En Canarias, la regulación de esta cuestión está hasta ahora en manos de los propios centros educativos.