Esta semana, el Papa Francisco se reunía con 78 obispos de la Conferencia Episcopal Española para abordar, entre otras cosas, su preocupación por el bajo número de seminaristas que hay en España. Es más, el número de aspirantes al sacerdocio ha disminuido de 1.699 a 974 en 20 años —muchos seminarios tienen una media de cinco estudiantes, aunque el Vaticano cree que lo óptimo son 25 o 30—.
¿Y en Canarias? El Archipiélago tiene, aproximadamente, unos 15 aspirantes a cura. La Diócesis de Canarias (Las Palmas) cuenta con ocho y la Nivariense (Santa Cruz de Tenerife) con siete, aunque esta última cifra no es exacta porque no contaban con el dato cuando este medio preguntó.
Pocos seminaristas
Aunque el Papa se encuentra en un delicado estado de salud, pudo reunirse para expresar esta inquietud. En España, hay unos 86 seminarios y estos se distribuyen en diversas casas de formación —un seminario interdiocesano en Cataluña, 14 seminarios que acogen en sus casas de formación a seminaristas de otras diócesis y 40 seminarios que acogen a sus propios seminaristas—.
La reunión en el Vaticano había suscitado una enorme expectación por su carácter insólito, pues los papas rara vez convocan a los episcopados nacionales en pleno. En un primer momento, se pensó que el Papa trataría el tema de los abusos dentro del seno eclesiástico en España, pero, al contrario, no abordó esta situación —un precedente, por ejemplo, fue cuando Francisco convocó a todos los obispos de Chile en 2018 y estos acabaron presentando su dimisión en bloque a causa de un espinoso escándalo de encubrimiento de abusos sexuales—.
Abusos en la Iglesia
El pasado octubre, el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, estimó en un informe que el 1,13% de los españoles mayores de edad habría sufrido abusos en el ámbito religioso. Por eso, el episcopado español encargó un informe sobre los abusos al bufete Cremades & Calvo-Sotelo que espera recibir en torno al 14 o 15 de diciembre y del que ya ha recibido un avance de unas 800 páginas.
Pero, finalmente, Francisco no se detuvo a analizar este problema, sino que se centró en la reforma de los centros de formación católicos y en el examen del informe realizado por dos obispos uruguayos sobre la situación de los seminarios en España a principios de año.