Canarias necesita que parte de los migrantes africanos eche raíces en las Islas

El doctor en Antropología Social por la Universidad de La Laguna (ULL) Agustín Santana Talavera apunta que las instituciones deben apostar por ellos para que el mantenimiento de los servicios sea el adecuado a lo largo del tiempo

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Migrantes desembarcando en Canarias / EFE
Migrantes desembarcando en Canarias / EFE

Diversificar la economía. Apostar por nuevos sectores. Buscar la forma de que el talento no se marche fuera. Incentivar a las empresas extranjeras para invertir. Todos son mantras que cualquier canario ha escuchado en algún momento de su vida en boca de los políticos —no importa el signo ideológico—. Nadie tiene dudas en pleno 2024 de que tener la vista puesta en el futuro es necesario —en realidad, casi obligatorio— con el objetivo de garantizar la calidad de los servicios a largo plazo. Las lluvias de ideas —brainstormings para los bilingües— son bienvenidas, pero una poco escuchada —quizás por el toque controvertido— es la de procurar que los migrantes africanos se queden en el Archipiélago. ¿Es buena idea? Habría que analizarlo.

El debate resurgió hace dos semanas cuando el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó una proyección de población por comunidades autónomas a 15 años vista —con el foco puesto en el 2039—. El estudio reveló que en Canarias el número de residentes puede subir el 12% hasta llegar a los 2,5 millones de personas —en la actualidad el número es de 2,2 millones—. Es difícil creer que el crecimiento se debe a los nacimientos porque la natalidad en España está de capa caída —en ese periodo tendrá un crecimiento negativo del -8,7%—, por lo que es evidente que responde a movimientos migratorios. Una buena parte es la que sale de países europeos y sudamericanos, pero todo apunta a que no será suficiente.

Vivienda y movilidad

“Hay que retener a un porcentaje de la población migrante de África, aunque tiene que ser una cuestión progresiva”, afirma el doctor en Antropología Social por la Universidad de La Laguna (ULL) Agustín Santana Talavera en una entrevista concedida a Atlántico Hoy. “Hay que hacer campaña hacia adentro para que la gente entienda las cifras, hay que explicarle a las personas y al empresariado canario que nos hace falta esa población. Que no le estamos haciendo ningún favor. Es al contrario, necesitamos de ellos desde su trabajo digno”, agrega. 

Considera que deben quedarse para que el mantenimiento de los servicios sea adecuado a lo largo del tiempo. Resalta que, por ejemplo, “ahora hay un problema de vivienda, de seguridad social y de movilidad”. Bajo su punto de vista, todo parte de un corte actual debido a que hay carencias en las prestaciones porque no se ajusta, de manera adecuada, al no contar toda la que hay de verdad. “Además, se dan desplazamientos internos poblacionales importantes que no se tienen en cuenta”, manifiesta.

Menores migrantes en centros de acogida de Canarias / EFE
Menores migrantes en centros de acogida de Canarias / EFE

Falta de infraestructuras

Para Santana Talavera ocurre otra cuestión que le resulta casi más grave: “Se está trabajando casi a golpe de legislatura, no se hacen proyecciones a medio-largo plazo, que es lo que necesitan las infraestructuras”. Pone también sobre la mesa que surgen cuestiones menos inmediatas, pero suceden como el cierre de algunas titulaciones de Formación Profesional en distintas islas. “Se dice que los centros hoy tienen pocas personas, habrá que preguntarse por qué pasa”, reflexiona. “Uno de los títulos es el de torneros y otro el de mecánica, debe ser que aquí no los necesitamos”, comenta con ironía.

Al doctor en Antropología y Sociología de la ULL le parece “alucinante” que pase lo mismo con los cursos de cocinero o camarero. “Es un efecto rebote de la poca dignificación salarial y social de los puestos de trabajo”, sentencia tajante. “Hay que ir solventando estas cosas hoy para ver los frutos dentro de unos años, no se hace un plan de con qué personal podemos contar en Canarias formado para que pueda tener una vida digna dentro de 15 años”, apunta.

Migrantes llegados Canarias / EFE
Migrantes llegados Canarias / EFE

La xenofobia

“Si viene población de fuera y quieres asentarla tendrás que poder ofrecerle una vivienda digna, una educación para sus hijos, sanidad, una movilidad aceptable… Y eso no se está haciendo, aunque los políticos dicen que sí”, continúa. Declara que el primer paso debe ser la regularización, “que puedan acceder tanto a un trabajo como a formación”. “Hay que facilitarles la entrada”, agrega.

Santana Talavera lamenta que ahí se choca con otro factor que es difícil de poner encima de la mesa: la xenofobia. “La aceptación que existe con los migrantes de Sudamérica no es la misma que existe con el África subsahariana. Llega un momento en el que se normaliza, pero tarda lo suyo”, desarrolla. “Luego tienes los altavoces, que cada vez son más, diciendo barbaridades como que aumenta la delincuencia y los robos. Después hablas con la policía y estos chicos no tienen nada que ver con el asunto”, destaca.

Vías legales

“Se podrían establecer vías legales de acceso dignas donde no muera tanta gente. Antes teníamos con el Gobierno de Canarias las becas Canarias África que lo que hacía era un conjunto de países, de los que nosotros hemos recibido, estaban Cabo Verde, Guinea, Congo, Benín, Senegal, Mauritania y Marruecos. Son personas que ya tienen una licenciatura, se podría favorecer que se queden”, explica.

Aprovecha para lanzar un mensaje al sector empresarial del Archipiélago. Lo considera “poco propenso a restringir un poco sus ganancias para facilitar, es un tema responsabilidad social empresarial o corporativa —todo  lo que una empresa pone más allá de sus obligaciones—, a la gente un poco de salario”. “Siempre se habla de que el turismo aporta un gran porcentaje, pero ¿cuántos empleados tienen que no sean imprescindibles para mantener la empresa abierta? —es decir, pueden contratar migrantes aunque no lo necesiten, como con un contrato de prácticas por ejemplo—”, apostilla. 

“Es probable que si a esa persona le va bien y se consolida acabe haciendo familia, que es lo que necesitamos. Son culturalmente distintos a nosotros, tienen más hijos. Son cuestiones encadenadas. Se podría empezar a hablar de agricultura, industria e incluso recuperar el pastoreo en algunas zonas”, culmina. 

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