El número de menores migrantes no acompañados tutelados por el Gobierno de Canarias disminuyó un 18,89% en 2022 con respecto al año anterior. La cifra pasó de ser 2.689 a reducirse hasta los 2.181, según datos aportados por el Ejecutivo en respuesta parlamentaria a una solicitud de datos, informes y documentos a la diputada del Grupo Popular María Australia Navarro. Ese número supone 1.781 menores migrantes más que el dato óptimo que puede soportar una comunidad autónoma.
Iratxe Serrano, directora general de protección a la infancia y la familia del Ejecutivo regional, asegura en declaraciones a Atlántico Hoy que esa reducción “no ha supuesto mucho para el sistema porque la cifra sigue siendo alta”. “Pero como venimos de tener casi 3.000 menores sentimos un cierto alivio, porque tenemos mayor capacidad para poder gestionarlo”, añade.
Recuerda que antes de 2019 la llegada de menores migrantes a las costas canarias era prácticamente residual. Explica que esas personas se agrupaban y se acogían directamente en los recursos de los cabildos, que gestionan las redes de protección.
400, la cifra óptima
Las corporaciones insulares tienen la capacidad de guarda a través de sus entidades colaboradoras y el gobierno autonómico ostenta luego la tutela. Serrano destaca que con los datos que existen ahora mismo viven mucho más tranquilos, pero que deberían ser más bajos.
“Siempre me preguntan cuál es la cifra ideal para que la comunidad autónoma pueda gestionar la acogida de los menores migrantes. 1.000 nos parece un lujo, pero la cifra óptima son 400, que es la que corresponde a los menores que pueden estar y que tienen cabida en los recursos de los cabildos insulares. Todo lo que supere a los 400 menores es mucho todavía”, declara.
Buen trabajo en Gran Canaria
En Gran Canaria hubo una caída del número de migrantes menores tutelados del 17,1% —de 1.491 a 1.236—. Para Serrano, en esta isla se está haciendo un buen trabajo en cuanto a las pruebas de determinación de la edad. “Ya no solo que el número de llegadas se ha reducido, sino que también el filtro inicial que se hace a la llegada a puerto por parte de la Policía Nacional está mejor hecho, sobre todo en la isla de Gran Canaria, donde ahora mismo es exquisito”, asevera.
La directora general de protección a la infancia y la familia de la comunidad autónoma celebra que se ha podido agilizar el tema de las pruebas de determinación de la edad y que ya quedan muy pocas pendientes: “Venimos de un acumulado de más de 1.000, recuerda que en el año 2020 no se hicieron pruebas de determinación de la edad y teníamos un acumulado muy significativo. Y en este momento, por ejemplo, estamos alrededor de las 350 pruebas pendientes”, relata. “Muchas de esas pruebas dieron como consecuencia que esos presuntos menores eran mayores de edad y, por tanto, están fuera del sistema de protección”, agrega.
Lanzarote y Fuerteventura
Serrano tiene constancia de que los agentes que actúan cuando llega la patera van teniendo cada vez más experiencia y que hay mucha formación para discernir si la persona que tienen delante es mayor o menor de edad. En el caso de Gran Canaria pone en valor que se hace un segundo filtro en la conocida como supercomisaría.
Relata que la situación en Lanzarote y Fuerteventura es distinta, donde sigue entrando alguna persona mayor de edad. Cree que son islas “que podrían dar un pasito más”. “Pero en este caso se ha notado que han mejorado las pruebas de determinación, que hay un mayor filtro a la hora de reseñar a esos presuntos menores y por lo tanto las cifras tienen que descender”, insiste.
Resto de islas
En cuanto a menores tutelados, Lanzarote aumentó un 26,49% y Fuerteventura se mantuvo sin variaciones con 205 personas. En el caso de la provincia occidental, Tenerife registró un aumento del 9,94% —de 624 a 686—; y El Hierro bajó de 81 a 21 menores bajo la tutela autonómica. La Gomera (5) y La Palma (30) no variaron sus cifras.
Más allá de la mejora en determinar la edad de las personas que arriban en los puertos canarios, Serrano declara que se nota un descenso en el número de llegadas. “No soy experta en geopolítica, pero yo creo que el pico grande probablemente ya haya pasado y ahora las llegadas son menores”, dice. Y sentencia: “Las gráficas de llegadas lo que nos dicen es que siguen disminuyendo”.