El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, acompañado del consejero de Educación, Formación Profesional, Actividad Física y Deportes, Poli Suárez, ensalzaron el trabajo del equipo GranSat IV, del Instituto de Educación Secundaria (IES) Granadilla de Abona, en Tenerife, durante una visita a Presidencia del Gobierno en Santa Cruz de Tenerife, tras proclamarse campeón de España en la final de robótica aeroespacial de la Agencia Espacial Europea, o desafío CanSat, en las que se midieron contra 16 equipos de diferentes comunidades autónomas.
El equipo canario llegó a la gran final nacional tras proclamarse ganador de la cuarta edición de la fase regional del desafío CanSat, celebrada en abril en el municipio grancanario de Santa María de Guía. GranSat IV está conformado por el profesor Félix Jonay Mayoral Gutiérrez, mentor del equipo, con la colaboración del profesor Ricardo Antonio Martín Barrio, y los estudiantes: Nerea Risco Alonso, Carlos Cano Rivero, Saúl Guanche Oliva, Miguel Stiven Cárdenas Cosme, Samuel Fuentes González, Fayna Luis Cabrera, Aminata Fall, Almudena Rodríguez Cruz y Lucía Martín Gárate.
El proyecto
Ahora, este grupo de estudiantes granadilleros viajará hasta Noordwijk (Países Bajos) para conocer las instalaciones del Centro Europeo de Investigación y Tecnología Espacial (ESTEC), donde se diseñan las misiones de la Agencia Espacial Europea (ESA), y trabajan 2.500 ingenieros y científicos aeroespaciales, y para participar en el programa ‘Ingeniero espacial por un día’ a nivel europeo, que tendrá lugar del 15 al 19 de junio.
Un CanSat es la simulación de un satélite real del tamaño y la forma de una lata de refrescos (can, en inglés). En ese sentido, el desafío consiste en introducir en un espacio tan reducido los principales subsistemas de un satélite de verdad (alimentación eléctrica, sensores, sistema de comunicaciones…). En estas competiciones, los participantes se encargan previamente del diseño, desarrollo y puesta a prueba de sus respectivos artilugios, y, tras el lanzamiento, supervisan su funcionamiento y analizan los datos obtenidos.
Para ello, un dron eleva los artefactos hasta una determinada altura, dejándolos caer con ayuda de un pequeño paracaídas, siendo el tiempo que dura la caída el único del que disponen los estudiantes para recopilar y analizar los datos emitidos, con el objetivo de demostrar la capacidad de los jóvenes de cumplir con la misión encomendada.