Los universitarios matriculados en Canarias son los que mayor ratio de abandono de la carrera tienen de todo el país, junto a los estudiantes de Baleares, así como los de origen socioeconómico bajo, según un informe del Ministerio de Universidades.
Además, un 11% de los alumnos de nacionalidad española y de nuevo ingreso abandonó sus estudios superiores en el curso 2015-16.
Son algunas de las conclusiones de este estudio presentado y realizado entre estudiantes menores de 30 años y universidades presenciales, que consideran como abandono universitario el de los alumnos que se han matriculado por primera vez en un grado y no lo vuelven a hacer en los dos años siguientes.
No obstante, el último Informe de Datos y Cifras del Sistema Universitario Español 2019/2020, asciende hasta el 21,7% la proporción de los alumnos de nuevo ingreso que abandonaron los estudios que habían iniciado.
Objeto de estudio
Según Universidades, el objeto principal del estudio es identificar las causas del abandono, detectar las barreras a la igualdad de oportunidades y tratar de poner medidas que lo reduzcan.
El departamento que dirige Joan Subirats señala que, entre las principales causas, destacan variables de naturaleza individual, referidas a las características de cada estudiante o de su entorno familiar, y también relacionadas con el grado que cursa.
Más causas
Además, influye el porcentaje de asignaturas que el alumno aprueba el primer año, así como el coste de la matrícula, sin restar importancia a la edad de los estudiantes, ya que, cuanto mayores son, más posibilidad de abandono hay.
Respecto a áreas de conocimiento, los más proclives a abandonar la carrera son los de Artes y Humanidades, mientras que los de Ciencias de la Salud son los que más continúan estudiando.
Localización
También se destaca que es determinante la localización de la universidad, con mayor abandono en las Islas Baleares o Canarias, así como el tamaño de la universidad, ya que hay más abandono en las grandes.
Respecto a la titularidad, quienes estudian en las públicas no tienen más probabilidades de abandono que los que lo hacen en las privadas, y son los becarios los que más probabilidad tienen de no seguir con los estudios.