Tal como han recogido diferentes medios libios y un informe realizado por Amnistía Internacional, semanas después de la reapertura del yacimiento petrolífero de Sharara, bloqueado por manifestantes en Libia, se ha revelado que Saddam Haftar, hijo del líder de la milicia Karama, Jalifa Haftar, fue quien instigó el cierre de este. “La incitación a cerrar el campo Sharara ocurrió después de que la policía española incautara equipo militar y armas que estaban destinadas a los Emiratos Árabes Unidos y luego a Saddam Haftar, quien lidera una brigada en el país", publica la prensa libia. Saddam Haftar comanda la brigada Tariq Ibn Ziyad, una unidad notoria en Libia que varias organizaciones internacionales, encabezadas por Amnistía Internacional, ya han exigido que sea llevada a juicio por "violaciones de derechos humanos y crímenes de guerra". La brigada de Saddam Haftar se hizo pública en 2016, años después del inicio de la operación Al Karama, que abarcó varias regiones en Libia, incluidas Bengasi y Derna.
La prensa libia ha compartido que “el hijo de Haftar y sus asociados lograron obtener licencias para transportar bienes y materiales comerciales de España a los Emiratos Árabes Unidos, engañando a las autoridades en Madrid al hacerles creer que estos envíos estaban destinados a dos compañías registradas en Abu Dhabi, llamadas Lone Future y Aldra Alameen Security 12". También han transmitido que “la policía española descubrió que el envío que sería trasladado a una empresa registrada en los Emiratos Árabes Unidos no consistía en bienes comerciales, sino en armas y equipo militar que llegarían a la brigada Tariq Ibn Ziyad en Bengasi a través de los Emiratos Árabes Unidos”. Ese es el motivo por el que se incautaron y se inició una investigación al respecto antes de que manifestantes cerraran el campo Sharara para presionar a Madrid, que tiene una compañía operando en el campo. La compañía española es Repsol y tiene una capacidad de producción diaria estimada de 340.000 barriles, siendo la más grande en Libia. El cierre del campo Sharara representó un golpe severo para los esfuerzos por aumentar la producción petrolera impulsados por la Corporación Nacional de Petróleo.
El pasado 3 de enero, días antes de que se declarara el estado de fuerza mayor en él, grupos de manifestantes cerraron el campo Sharara. Mediante un comunicado en vídeo, los manifestantes exigieron la construcción de una refinería en el sur, el mantenimiento de las carreteras deterioradas, el nombramiento de habitantes del sur en las compañías petroleras, y abordar la escasez de combustible en el sur. La producción en el campo petrolero Sharara en Libia se reanudó el 21 de enero, después de un aumento en los precios del petróleo mundial que se vio afectado por el cierre del campo en Libia.
Conflicto político en Libia
Libia está experimentando una división política y de seguridad, y Haftar, cuyas fuerzas controlan el este y el sur de Libia, donde se encuentran la mayoría de los campos petroleros, ha intentado beneficiarse del cierre de instalaciones petroleras para lograr objetivos políticos. En 2023, en un fuerte conflicto entre un gobierno apoyado por Saddam Haftar junto con el parlamento liderado por Aguila Saleh y el gobierno de unidad nacional reconocido internacionalmente liderado por Abdul Hamid Dbeibeh, Haftar intentó presionar al gobierno de Dbeibeh cerrando campos petroleros para privar al gobierno de ingresos petroleros.
En ese momento, se cerraron el puerto de Zueitina en el este de Libia y los campos Sharara y El Feel en el sur del país, en un intento de Haftar y Saleh de presionar a Dbeibeh para que entregara el poder a un gobierno apoyado por ellos y liderado por Fathi Bashagha, quien falló en ingresar a la capital, Trípoli.
El campo petrolero Sharara se encuentra en el desierto de Murzuq, al sur de Libia (800 km al sur de la capital), y está bajo el control de Haftar y sus fuerzas desde hace años. A pesar de que el sur de Libia sufre un continuo abandono, muchos ven que las instalaciones petroleras y principales suelen cerrarse con fines de extorsión política.