Las aves de Canarias están trabajando a pleno rendimiento para ayudar a reforestar la laurisilva sin saberlo. El proyecto 'Brinzal' de la Asociación Fénix Canarias —que nació a raíz de los incendios de 2019— lleva dos meses funcionamiento en la isla de Gran Canaria y se espera que finalice en noviembre. Con esta iniciativa gestionan infraestructuras asistidas periódicamente para enriquecer la biodiversidad de la laurisilva canaria gracias a la avifauna. “Se trata de un proyecto con mucho futuro por el carácter de divulgación que conlleva y, aunque en principio se realiza en la isla de Gran Canaria, por el carácter regional de la asociación aspiramos a extenderlo a todas las Islas”, señaló Juan Guzmán, cofundador del proyecto, que asegura que el objetivo del proyecto es "enriquecer el monte, revivir las frutas que había antaño".
Las heces de las aves serán las encargadas de repartir por zonas de difícil acceso para los humanos las semillas de laurisilva que ayudarán a reforestar la isla. Se trata de un proyecto que busca dar el salto a otras islas como Tenerife, aunque ha comenzado dando sus primeros pasos en Gran Canaria. "No tiene cabida en La Palma no es necesario porque es una isla bien conservada, al igual que La Gomera y El Hierro".
Las altas temperaturas
Las altas temperatura en Canarias han hecho que la demanda de agua de los mirlos apareciera antes de lo esperado. "Tanto de día como de noche, con temperaturas por debajo de los 10 grados y por encima de los 35, hemos visto mirlos viniendo a beber agua, bañarse y desparasitarse", explica la Asociación Fénix Canarias.
El rol del agua va mucho más allá de la hidratación, "nuestros recipientes de barro cocido se abarrotan de mirlos que buscan limpiarse y desparasitarse las plumas del cuerpo y alas, ya que estas son la principal barrera externa y están expuestas a parásitos, suciedad y contaminantes", relatan en las redes sociales donde muestran el avance del proyecto. "El baño les permite mantener su plumaje lo más sano posible minimizando así los riesgos de enfermedades e infecciones. Y a pesar de que las aves son animales homeotermos (regulan su temperatura corporal), en momentos de temperaturas elevadas, un baño puede aliviarles el día".
El papel de las heces
El agua servirá como atracción para que las aves empiecen a acudir a las seis estaciones situadas en las zonas de monteverde y laurisilva como Teror, Moya, San Mateo, Valleseco, en fincas particulares para monitorizar con cámaras la actividad de los animales. Además de refrescarse, las aves pueden comer frutos que los voluntarios colocan para ellas. De hecho, en cuestión de cuatro días las aves ya habían devorado el contenido de uno de los recipientes, tal y como informa periódicamente la Asociación en redes sociales. "El proyecto fue seleccionado por CaixaBank y Fundación CajaCanarias y tenemos que elaborar una memoria final donde se volcará el informe técnico de la iniciativa", ha explicado Guzmán.
"Los frutos se ingieren y según el ave algunos también regurgitan y otros pasan por el estracto intestinal. Luego está la dipersión secundaria que si un ave como un halcón o un cernícalo se come al pájaro más pequeño también ayuda a que se produzca esa dispersión cuando lo digiera, es el lado más duro, pero ocurre", explica Guzmán.
El proyecto también sorprende con curiosidades sobre los propios animales. "En el recipiente que preparamos un ‘mix’ de frutos de Hija (Prunus lusitanica hixa) y Delfino (Pleiomeris canariensis) , la hija ha sido totalmente devorada y las aves han separado los frutos de delfino", la explicación según la Asociación Fénix Canarias es que "puede que se deba a que las aves reconocen los frutos de la 'Hija', presente en la zona donde se encuentra la estación. Sin embargo, desconfían de los frutos de delfino, uno de los árboles más raros de ver de la laurisilva".
Aún así, los frutos que sí han sido digeridos por las aves serán ahora transportados a los lugares más recónditos de Gran Canaria por medio de las heces de los mirlos, pitirrojos, pinzones y otros pájaros que hagan una parada en las estaciones Brenzal. La caca aviar será la encargada ahora de reforestar la isla en una colaboración y simbiosis entre la acción humana, junto al Cabildo de Gran Canaria, CaixaBank y Fundación CajaCanarias y la fauna canaria.