¿Aumentar la tasa de natalidad en Canarias congelando óvulos? "Esa no es la solución"

Al Servicio Canario de la Salud cada ciclo de vitrificación le cuesta unos 2.500 euros, un coste que habría que multiplicar por todas las mujeres que se acogieran a esta medida si nuestra comunidad imitase la iniciativa de la Xunta de Galicia

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Imagen de una madre y su hijo recién nacido en Canarias / AH
Imagen de una madre y su hijo recién nacido en Canarias / AH

Formar una familia —y sobre todo poder mantenerla económicamente— no es fácil. Sorprende poco o nada que el número de nacidos en Canarias en la actualidad no tenga nada que ver con los datos de hace una década. En marzo de 2014 nacieron 1.368 niños y en el mismo mes de 2024 solo 943 según señalan los datos de la Estimación Mensual de Nacimientos del Instituto Nacional de Estadística (INE). 

Canarias no es la única comunidad que ve cómo poco a poco desciende la tasa de natalidad. A nivel nacional los datos van en caída libre mientras algunas regiones buscan soluciones. Galicia ha sido la última en proponer una nueva medida: permitir la congelación de óvulos a mujeres entre 30 y 35 años a través de la sanidad pública para posponer la maternidad. Hasta el momento, la preservación de ovocitos solo está en la cartera de servicios para quienes se sometían a tratamientos oncológicos que afectan a los gametos. ¿Es eficaz esta medida? ¿Se podría aplicar a Canarias?

Sin evidencia científica

"Me parece que no tiene soporte en la evidencia científica. Si la propuesta es ofrecer vitrificación a toda la población con el objetivo de aumentar la natalidad desde el punto de vista científico no hay ningún artículo que valide eso", explica Alicia Martín, jefa del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Materno Infantil. 

Actualmente el Servicio Canario de la Salud (SCS) ya ofrece este servicio, pero solo en casos muy específicos. "La vitrificación ovárica está contemplada dentro del SCS bajo una serie de supuestos que son muy concretos. En este momento lo que se oferta es a una mujer que tiene una patología muy severa, que es joven y que no tiene posibilidad de reproducirse en el futuro. Esto es algo que se hace desde hace más de diez años en Canarias", añade Martín. 

La realidad detrás de la medida de Galicia 

Según explica la doctora, hay que tener en cuenta los costes que implicaría para la sanidad pública de Canarias. "Ofrecer algo a un grupo de población muy amplia implicaría no solo un incremento de recursos humanos, sino asumir el coste que eso supondría, porque eso tiene dos costes", subraya Martín.

"Uno de los costes es el directo, lo que vale en sí la técnica derivado de ofrecer a un segmento tan amplio de la población esta propuesta, el coste de medicación, de laboratorio y de quirófano. Pero además tiene un segundo coste, que no es menos importante y es que con esa medida teóricamente retrasas la edad de la maternidad". Al Servicio Canario de la Salud cada ciclo de vitrificación le cuesta unos 2.500 euros, un coste que habría que multiplicar por todas las mujeres que se acogieran a esta medida si nuestra comunidad imitase la iniciativa de la Xunta de Galicia. 

Riesgos de retrasar la edad de maternidad

La edad de la maternidad en Canarias, según los últimos datos del mes de marzo, se sitúa en Canarias entre los 30 y 34 años y además, cinco mujeres de más de 50 años dieron a luz. Cada vez son menos las mujeres de entre 25 y 30 años que tienen hijos y la medida de congelar óvulos no ayudaría en absoluto a bajar la edad de la maternidad. 

"Cuando retrasas la edad de la maternidad incrementas el riesgo no solo del parto, sino del propio embarazo y de las consecuencias del embarazo", incide Alicia Martín, que explica que mientras el proceso de congelación de óvulos presenta pocos riesgos "lo que sí tiene un incremento de morbilidad es el embarazo por encima de los 40 años" y añade que "esa no es la edad más saludable para parir. La posibilidad de que te quedes con hipertensión y diabetes de por vida es muy superior si tienes más de 40 años a si tienes 27 años y eso no lo podemos obviar".

La solución está lejos de la sanidad 

"El modelo de familia ha cambiado y las expectativas de las mujeres han cambiado. El retraso en la maternidad tiene mucho que ver con el apoyo social y laboral que la mujer tiene o que la familias tienen cuando afrontan el reto de tener un hijo a día de hoy. Un profesional que hoy tiene 30 años —hombre o mujer— tiene muchas dificultades para asumir la responsabilidad de un hijo". reflexiona. "La edad ideal para tener un embarazo saludable está entre los 20 a los 37 años sin hablar de connotaciones sociales o económicas, estrictamente a nivel médico. La tasa de complicaciones a esas edades es muchísimo menor que en el resto de edades". 

Para Alicia Martín la solución no se encuentra en la sanidad, sino en las políticas sociales que ayuden a los jóvenes a alcanzar la estabilidad que requiere mantener un hijo. "Si nuestra población de jóvenes tuvieran otra cobertura, otro tipo de ayuda, otro tipo de apoyo pues posiblemente la natalidad volvería a aumentar", concluye la jefa del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Materno Infantil. 

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