El anticiclón de las Azores protege a Canarias de tormentas a pesar de estar más al este

Todavía quedan los meses más críticos para los ciclones, septiembre y octubre, pero todo apunta a que la temporada ha sido más benevolente de lo esperado

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Personas bajo la lluvia en Canarias / EFE
Personas bajo la lluvia en Canarias / EFE

La temporada de huracanes en el Atlántico comienza en junio y finaliza en noviembre. En estos meses, se han registrado cinco ciclones, lo que supone menos de lo esperado, aunque todavía queda pendiente ver cómo se desarrollan los meses de septiembre y octubre, periodo en el estas tormentas son más propensas. 

Así lo ha señalado el delegado de la Agencia Estatal de Meteorología en Canarias, David Suárez. El experto destacó que las condiciones ambientales indicaban una temporada activa. Hasta ahora, se han nombrado cinco ciclones en la cuenca atlántica, pero aún quedan los meses más críticos, donde se verá si la temporada resulta más benévola de lo pronosticado por el Centro Nacional de Huracanes. Canarias, aunque en el medio de estas dinámicas, rara vez recibe ciclones tropicales debido a su ubicación subtropical y la influencia del anticiclón de las Azores.

Menos tormentas tropicales

El batiburrillo climático que se está produciendo en esta temporada en el mundo, con las anomalías de precipitaciones en el Sahara —hasta 50 litros por metro cuadrado donde desde hace tiempo que no caen más de 10 o 20— o la disminución de tormentas tropicales debido al aire seco que influye en los trópicos del Atlántico producidas por las nubes de polvo sahariano. 

Suárez explica que las ondas del Este, precursoras de la formación de estructuras ciclónicas en latitudes cercanas a Cabo Verde, han mostrado una mayor actividad, aunque algo desplazada hacia el norte. Este verano, a la espera del balance de la Aemet, Canarias ha experimentado cierta actividad de ondas del Este, especialmente a finales de agosto y principios de septiembre, que han dejado precipitaciones y tormentas moderadas en la región.

A pesar de esto, recordó que la temporada de huracanes aún no ha terminado y que Canarias, aunque en el medio de estas dinámicas, rara vez recibe ciclones tropicales debido a su ubicación subtropical y la influencia del anticiclón de las Azores.

El cambio de las corrientes del Atlántico

Las modificaciones en los trópicos del Atlántico a causa del aire seco no es lo único que está influyendo en esta zona del planeta. Un estudio realizado por un grupo de científicos del Instituto de Investigación Marina y Atmosférica de la Universidad de Utrecht, a principios de año, pone el foco en la corriente del Atlántico (AMOC), que presenta síntomas de estar colapsando.

La Circulación de Retorno Meridional del Atlántico se encarga de transferir el calor de las zonas ecuatoriales a las altas latitudes, es decir, transporta las aguas cálidas hacia el norte y las corrientes más frías se trasladan al sur, por lo que contribuye a la gestión del calor del planeta. Sin embargo, se ha detectado un debilitamiento de la circulación de estas corrientes de agua en el último siglo, lo que puede conllevar a un colapso de la AMOC y así frenar la redistribución del calor y tener efectos a nivel climático. 

El principal efecto de este fenómeno llevaría a que las zonas tropicales se calentarían y las del norte se enfriarían. Por ejemplo, Europa, sobre todo el norte, viviría una bajada de las temperaturas y aumentaría las tormentas y borrascas. En Canarias, por el contrario, el calor se acumularía conduciendo a sequía y cambios en los ecosistemas marinos al no refrigerarse el agua del océano. 

Por ahora, todo queda en hipótesis y suposiciones, como la valoración de esta temporada de ciclones, que habrá que analizar cuando finalice en noviembre, tras superar sus meses más persistentes.