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Sociedad

¿Buscas plan para el otoño? Este es el bosque más bonito de Tenerife y solo se accede con reserva

Esta zona protegida recibe su nombre por la abundancia de helechos característicos de la laurisilva y alberga especies únicas como la violeta de Anaga

2 minutos

La abundante presencia de píjaras, un helecho característico de la laurisilva, da nombre a este sendero protegido./ REDES.

Con la llegada del otoño es tiempo de volver a los senderos. Toca rescatar la mochila y las botas del fondo del armario para volver a llenarlas de barro y kilómetros mientras, de paso, también llenamos los pulmones de aire fresco y vaciamos la mente de preocupaciones. Vamos poco a poco, se hace camino al andar.

El Bosque de los Enigmas o el sendero Pista de Las Hiedras son algunas de las rutas más populares de libre acceso para conocer el monteverde de Tenerife. Sin embargo, los senderistas que quieran explorar una área restringida, en el entorno único de un Reserva Natural Integral en esta zona de Anaga, deberán solicitar un permiso al Cabildo para acceder a al sendero de El Pijaral, que solo admite 45 visitantes cada día.

El Roque Anambro se formó por erosión de un antigua chimenea volcánica./ REDES.

¿Qué longitud tiene el sendero de El Pijaral?

Esta ruta de dificultad media comprende un recorrido de poco más 6 kilómetros desde el aparcamiento de La Ensillada, donde comienza el sendero oficial del Bosque Encantado de El Pijaral. En el primer tramo de recorrido nos toparemos con Piedra La Jurada, zona conocida tradicionalmente por la producción de carbón vegetal, además del Roque Anambro, desde donde cuenta la leyenda que el mencey Beneharo saltó al vacío.

Una vez superada la primera hora de trayecto llegaremos al mirador de Cabezo del Tejo, desde donde divisaremos la escarpada costa tinerfeña recortándose ante el océano Atlántico, con vistas al Roque de las Ánimas, la población de Almáciga y el litoral de Benijo. Para recrearnos en esta panorámica podemos acercarnos al Roque Chinobre que, con permiso del mar de nubes, ofrece amplias vistas del Macizo de Anaga.

A lo largo de la caminata descubriremos pequeñas cuevas excavadas en la piedra, donde los pastores solían resguardarse y refugiar a su ganado ante las inclemencias atmosféricas. Al cabo de una hora desde que dejáramos atrás Cabezo de Trejo debemos tomar dirección al sendero de las Chamuscadas para completar el trayecto circular y regresar al punto de partida. 

La violeta de Anaga es un endemismo exclusivo de esta zona./ REDES.

Píjaras y violetas

En nuestra caminata toparemos con las especies vegetales comunes en el monteverde canario, es decir, las que componen la laurisilva y el fayal-brezal, entre ellas laureles, naranjeros salvajes, acebiños, barbuzanos, fayas, tilos, sauces canarios, sanguinos, brezos o viñátigos. Pero además de especies arbóreas, lo más significativo de este espacio es su diversidad de helechos, entre los que destaca la píjara, especie que da nombre al sendero y puede alcanzar 3 metros de longitud.

La inmensidad del paisaje y de algunas especies vegetales no debe despistarnos de los pequeños endemismos que podemos encontrar en el trayecto, como omo la violeta de Anaga, una delicada flores de color azul violáceo, únicas en el mundo, que solo podemos encontrar en esta zona de la isla, y uno de los motivos de la especial protección de este paraje.

En cuanto a la fauna, además aves de pequeño o mediano tamaño, como pinzones, herrerillos, mosquiteros o palomas, también podremos divisar en las zonas de litoral especies marinas como la pardela o el petrel de bulwer. Además, deberemos permanecer atentos a nuestros pasos para evitar dañar a pequeños invertebrados que pueblan este paraje como la babosa de boina enana, el milpiés de Anaga o el cortacapote tinerfeño.

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