Las AMPAS hablan: clases online y reducir las jornadas en las olas de calor no son medidas factibles

Sergio de la Fe Melián, vicepresidente de la Federación de Gran Canaria, asegura que es necesario tener un protocolo inmediato, pero la Consejería de Educación “tiene que ser consciente de la realidad”

Guardar

Madres refrescando a sus hijas por fuera del colegio durante las olas de calor / EFE
Madres refrescando a sus hijas por fuera del colegio durante las olas de calor / EFE

El pasado 2 de noviembre, la Consejería de Educación, Formación Profesional, Actividad Física y Deporte aseguró que ya se estaba trabajando en la creación de un protocolo para hacer frente a las olas de calor en los centros educativos. Aunque este ni siquiera se ha redactado aún, el consejero del área, Poli Suárez, adelantó que las medidas principales serían las clases telemáticas y la reducción de la jornada lectiva. Atlántico Hoy ha querido conocer la opinión de padres y madres respecto a esto. 

“Es cierto que, hasta que no tengamos en nuestras manos el borrador del protocolo, se nos hace difícil opinar al respecto”, comienza Sergio de la Fe Melián, vicepresidente de Fapa Galdós. Pero, respecto a los puntos adelantados, “creemos que no son medidas factibles”, continúa. 

Infraestructuras saludables

“Estamos en unas islas donde se vive del sol y la playa, era fácil entender que en las aulas iba a hacer el mismo calor que va a encontrar un turista en un hotel”, apunta. Para Melián existe cierta desidia hacia las infraestructuras educativas, mientras se le da importancia a todo lo demás. “Al final, los más vulnerables son nuestros hijos e hijas, el alumnado de Canarias”. 

Por primera vez en la historia del archipiélago se suspendieron las clases por la situación de calor insoportable que estaban viviendo las islas. “Esto necesita un protocolo”, apoya Melián, “pero uno que nos ayude a salvar la cuestión mientras se empieza a trabajar desde el minuto uno en que las infraestructuras sean saludables y seguras”. Lo cierto es que, desde que ocurre un episodio como este, “lo que queda al descubierto es que se consideran poco seguros o inseguros estos espacios y por eso mandan a los niños a casa”. 

Una tirita 

No es un problema nuevo, lo único novedoso es la cuestión: el calor, pero muchos centros tampoco están adecuados para episodios de frío y lluvias. “Tanto las familias que estamos ahora como las que han ido abandonando el sistema educativo hemos sido testigos de esta desidia histórica entre administraciones para la rehabilitación de las infraestructuras educativas y, de verdad, esperamos que este protocolo no sirva como tirita en una herida abierta”. 

¿La solución es realmente enviar a esos niños y niñas a casa? “Estamos hablando de una horquilla que va desde los tres a los 16 años”, explica el representante de padres y madres. “Cargar el peso en las espaldas de las familias no es la solución y eso ya quedó patente durante la pandemia”. En esta había hogares que no contaban ni con los recursos ni con el ambiente adecuado para desarrollar la formación “con el cuidado y mimo que esta requiere”. 

“Que se haya visto el problema y se haga autocrítica para comenzar a trabajar está bien”, defiende, “porque es un problema en mayúsculas que no tiene una solución inmediata, pero la Consejería de Educación tiene que ser consciente de la realidad educativa y de las familias”, concluye.