Calma, paciencia y prudencia. Con estas tres palabras el presidente de la Sociedad Española de Vacunología y jefe de Sección de Epidemiología y Prevención del Servicio Canario de Salud, Amós García, se dirige casi cada día a sus seguidores de Twitter para informar sobre las últimas noticias sobre el covid-19. Su labor como defensor de la ciencia durante una pandemia en la que las informaciones falsas han estado muy presentes en diferentes sectores de la sociedad, le ha llevado incluso a ser increpado por la calle a grito de "asesino". Pero las pocas críticas no le frenan y sigue defendiendo el razonamiento científico ante cualquier bulo.Con el debate de una tercera dosis contra la covid-19 a pie de calle, García contesta a la llamada de AtlánticoHoy para aclarar ciertos aspectos de la situación actual de la pandemia y sobre lo que le ha conllevado su labor divulgativa en redes sociales.Antes de nada queríamos preguntarle sobre esos cinco días de vacaciones que pudo disfrutar después de estos casi dos años de pandemia.Cinco días en dos años sin moverme de la isla, pero con una función que creo que me ha ayudado mucho, y es que a pesar de que el móvil sonó varias veces no lo cogí nunca.¿Cómo ve la situación actual de Canarias con respecto a la vacunación? ¿Vamos en buen camino?Yo la primera reflexión que me hago es la siguiente: ¿somos conscientes de que estamos hablando de un hito histórico, de que hemos puesto en unos meses más de dos millones de vacunas frente a una misma enfermedad? Si eso ha sido posible, el que tengamos ese ritmo frenético de vacunación, es en función de dos parámetros que creo fundamentales: por un lado, el sistema ha funcionado, y ha funcionado básicamente porque los que mantiene vivo al sistema, que son sus profesionales, han hecho un ejercicio brillante de responsabilidad, y en segundo lugar, por la ciudadanía que tenemos, que ha asumido perfectamente el discurso que se da desde el ámbito científico, ha hecho oídos sordos a los cantos de sirena de foros no científicos, y han acudido masivamente a vacunarse. Eso, de momento, es lo que configura que hayamos podido estar gestionando esto que es histórico, no se ha hecho nunca. Y yo francamente estoy muy contento de ver que nuestro sistema, nuestros profesionales son magníficos y nuestra ciudadanía es mejor.
Usted se ha convertido en los últimos tiempos en una persona popular. Eso le ha convertido gratuitamente en la diana de algunos, como ha compartido en su cuenta Twitter. ¿Cómo lo lleva?Yo no era usuario de las redes sociales hasta que apareció la pandemia y creí que podría ser un vehículo de comunicación hacia los ciudadanos que estaban bastante preocupados, bastante ansiosos con comprender lo que estaba pasando. Lógicamente uno asume desde el primer momento que tiene un cierto rol en las redes sociales y, además, tiene una aceptación importante, porque afortunadamente me sigue mucha gente, y eso me convierte en diana de los intolerantes. Pero eso lo asumes, mientras sea con educación, perfecto. No lo entiendo pero lo asumo. Ahora cuando eso se traduce también en insultos, amenazas e incluso gritos por la calle, ya sí que me preocupa, porque es un síntoma de que algo no funciona bien en la estructura social. Asumes el papel de que alguno te diga alguna tontería en Twitter, asumes menos que alguien te mande un correo electrónico amenazante, y desde luego no asumes nada que alguien te grite por la calle que eres un asesino por simplemente defender la ciencia.Con la calma que suele transmitir, últimamente se le ha visto en las redes “harto”. ¿Todos tenemos un limite?Todo el mundo tiene un límite. Lo que pasa es que mi límite, tras cinco días de vacaciones, se amplía. Francamente estoy en estos momentos en una situación en la que de verdad que me resbalan los comentarios esos. No puedes seguirle el juego a argumentos que vienen de Atapuerca, a planteamientos que no tienen ninguna solidez científica. Tienes que seguir fiel a lo que entiendes, que es lo oportuno a transmitir y esa fidelidad la debes exclusivamente al razonamiento científico, a la evidencia, al conocimiento, que es lo que permite hacer que una sociedad avance. Hay debates que pueden ser razonables y hay otros debates que son no razonables sino imposibles. Tranquilidad y seguir para adelante con tus planteamientos y seguir tremendamente gratificado, porque la inmensa mayoría de las personas me demuestra mucho cariño y mucho afecto. Por lo cual, por lo que me digan dos o tres personas, no voy a dejar de seguir haciendo lo que hago, ya que cientos y cientos de personas me dan su cariño.
¿Cómo surge la coletilla con la que comienza todos sus tuis "Calma y paciencia: +prudencia"?Empezó básicamente al comienzo de la pandemia. Nació porque me preocupaba transmitirle a la ciudadanía tres ideas claves: Calma, porque no estábamos ante el fin del mundo, esto se iba a solucionar; paciencia porque no se iba a solucionar en dos días, iba a tardar en solucionarse, pero se terminaría solucionando; y prudencia porque el elemento clave que iba a permitir que se solucionara iba a estar muy centrado en que todos fuéramos muy prudentes.Desde que comenzó la pandemia, mucha predicciones, por no decir todas, han ido fallando por la falta de conocimiento de la covid-19. ¿Se atrevería a pronosticar la evolución de la pandemia y si tiene algún futuro a corto plazo para recuperar la normalidad y dejar de informar a diario los datos de contagios?Creo que predecir e intentar poner un horizonte sobre un problema tan complejo, y un microorganismo tan difícil como es el Sars-CoV-2 es demasiado arriesgado. Más que poner un horizonte te diría lo que hay que seguir haciendo para conseguir acabar lo antes posible con este drama: vacunar, vacunar, vacunar, vacunar. Y, por otro lado, tomar medidas oportunas por parte de las autoridades cuando la situación de la pandemia lo exija y al mismo tiempo seguir planteándole a la ciudadanía que hasta que no consigamos cobertura que nos permita una cierta inmunidad colectiva, y estoy hablando de coberturas de entre el 85 y el 90 % de la población diana, tenemos que seguir, incluso estando vacunados, haciendo uso de las herramientas de prevención que nos han permitido convivir hasta ahora con el virus: mascarilla en exteriores, siempre y cuando no se respete la distancia, mascarilla en interiores siempre, lavado de manos, distancia física y ventilación.