Unas 60.000 personas han pasado ya por Agaete hasta el mediodía del viernes, y llamadas a bailar juntas tras el pistoletazo de salida del volador que da inicio a la Bajada de La Rama, que ha convertido las calles en su tsunami de alegría y baile pintando de verde la Villa marinera.
Minutos antes de las 10 horas y en el punto de encuentro, miles de personas ya esperaban el volador con la expectación flotando en el ambiente y armados de las ganas de bailar y saltar.
Pistoletazo de salida
La calle Juan Valls y Roca era un hervidero de gente para escuchar de nuevo el silbido al cielo, y con el estallido del volador, arrancó la Banda de Agaete, y con ella la música, el ritmo y el camino a buscar la Rama para recorrer el pueblo con la alegría como protagonista. Unidos, la Villa de Agaete abre un año más sus puertas, sus ventanas al mundo, y sus cálidos brazos para recibir a personas de toda la isla y bailar juntos la Bajada de La Rama, como el pueblo acogedor que es y el mejor embajador de la cultura y tradición de esta fiesta centenaria. Agaete es hoy epicentro de la alegría y la celebración, del baile y la fiesta, y el centro de todas las miradas en esta cita, Bien de Interés Cultural.
El corte en el Callejón de La Rama y la apoteósica bajada por la calle Guayarmina han hecho al pueblo vibrar con una fiesta que enamora, en la que se mezclan todas las lenguas y visitantes de toda la isla, de España y fieles extranjeros que no se pierden su cita anual con la Villa Marinera. Los papagüevos y las bandas marcaron el paso, y con estos gigantones las principales vías del municipios se llenaron del color de sus trajes y de sus icónicos bailes camino desde el casco hasta el Puerto de las Nieves, donde la Banda Guayedra ha tomado el relevo para que tradición, cultura y celebración se den la mano, en un evento que hasta el momento no ha registrado incidentes reseñables.
Lleno absoluto
El lleno está asegurado en cada uno de los rincones de Agaete, que bailará sin descanso en una fiesta que no para en 20 horas y que seguirá vibrando hasta que el cuerpo aguante. Sobre las 18 horas, la Rama ha llegado al mar, en un encuentro que bebe de la tradición y un ritual que se ha heredado durante generaciones de agaetenses. Tan emotiva como siempre, la música ha despedido a su multitudinaria comitiva frente a la Ermita de Las Nieves, en una momento siempre mágico a orillas del Atlántico.
El alcalde de Agaete, Jesús González Sánchez, ha lamentado la tragedia ocurrida en la mañana de hoy y la predisposición para decidir por consenso y unanimidad de todos los miembros de la Corporación y ha trasladado a los familiares y amigos de esta vecina de Agaete las sinceras condolencias de todo el pueblo.
Recuperar tradiciones
Uno de los retos que se ha marcado esta edición es “recuperar espacios para las familias, para que los niños y las niñas, que son nuestras nuevas generaciones y el futuro de nuestras tradiciones, puedan disfrutar con seguridad con actos pensados y diseñados para ellos y ellas”.
La concejala de Cultura, Patrimonio Histórico y Fiesta del Ayuntamiento de Agaete, Candy Mendoza Saavedra, ha explicado que la programación para las Fiestas de Las Nieves ha sido elaborada de forma participada por todas las concejalías y voluntariado al que da las gracias por tanto esfuerzo y cariño.
Como ha recalcado, La Rama es también una celebración centenaria que se ha mantenido en el tiempo gracias al esfuerzo de generaciones y generaciones de la Villa, que trasmiten la tradición de padres/ madres a hijos/as y que gracias a ellos/as está muy viva. En este sentido, el Ayuntamiento y la concejalía han asumido el compromiso de mantener y recuperar las raíces de las Fiestas de Las Nieves, y confiamos en que hoy, a pesar de las circunstancias y en la medida de lo posible, sea un día de unión y alegría para todos/as. Con la fiesta instalada en el Puerto de Las Nieves, la próxima cita será a las 22 horas con La Retreta, un pasacalles familiar donde los niños/as y familias cambiarán el verde por el rojo para recibir la noche en las calles del pueblo con sus farolillos iluminados.