Una vez más, la falta de refuerzos en agentes públicos vuelve a ser noticia. En esta ocasión, la Asociación de Agentes Forestales y de Medio Ambiente de Canarias (Afmacan) solicitan la incorporación de nuevos compañeros para poder seguir cubriendo con eficiencia sus labores de protección de los parajes naturales.
“Lo de los parques nacionales es lo más sangrante”, reconoce el presidente de Afmacan, Antonio Barro, a Atlántico Hoy. “La afluencia masiva de visitantes se concentra en los parques nacionales, pero no son los únicos que necesitan refuerzo de plantilla. Ha habido jubilaciones o gente que se da baja por enfermedad y se recupera esa plantilla”, agrega.
Unido a que cada vez la sociedad hace un uso más intensivo de todos los espacios naturales, haciendo más actividades, etc., “se complica la situación a la hora de intentar de proteger el medio y los espacios naturales”.
Afmacan
Afmacan es una asociación a nivel regional compuesta por agentes de medio ambiente de todas las islas y de las diferentes administraciones. Precisamente, una de las particularidades es que dependen de diferentes administraciones, principalmente de los cabildos insulares, que son los que tienen delegadas las competencias de conservación de protección natural.
En Canarias hay unos 140 agentes del medio ambiente, pero para hacerse una idea, Barros traslada que cuando las competencias de los parques nacionales fueron transferidas del Ministerio de Medio Ambiente al Gobierno de Canarias, se creó un documento que señala que para cubrir todos los parques nacionales de España y sus diferentes turnos- mañana tarde y noche, fines de semana y festivos-, tendría que haber, como mínimo, doce agentes en cada parque nacional.
Parques nacionales
“En Canarias, ningún parque nacional llega ese tope, ni de lejos. El que más tiene es el de Taburiente, que tiene seis”, apunta. Asimismo, señala que Las Cañadas del Teide solo cuenta con cinco agentes “para casi cinco millones de visitantes” y que en Timanfaya solo hay uno. “Hay tres en plantilla, pero solo está cubierta una plaza”, aclara. “Así es imposible que pueda ocurrir una vigilancia efectiva”, espeta el presidente de Afmacan.
Barro también extiende su petición en más plantilla en los propios cabildos. Así, explica que en La Gomera hay cuatro agentes de medio ambiente, que en Fuerteventura y Lanzarote sí han ampliado en los últimos años su plantilla, pero “Gran Canaria lleva sin ofertar una nueva plaza 20 años”.
Después, si logran revertir la situación del número de agentes forestales y medioambientales, Antonio Barro indica una segunda necesidad. “Hay que elaborar planes de vigilancia insulares. El cabildo de Gran Canaria es el único que tiene un plan de vigilancia ambiental, que no es soltar a 20 funcionarios al campo y ya está. Es el cómo hay que hacer la vigilancia, cuáles son las prioridades, qué va a ser importante que controlemos, cómo lo vamos a hacer… Es fundamental tener un plan de cómo vas a trabajar y cuáles son tus puntos fuertes y débiles”, abunda. “Pues no existen”, sentencia.
Mas necesidades
Al margen de pedir aumento de plantilla, Antonio Barro compartió la necesidad de crear brigadas especializadas. “Brigadas de algunos delitos muy concretos, incendios forestales, vertidos, veneno…”, aclara.
“Debes tener una especialización más fuerte, porque no es lo mismo detectar que han cortado cuatro pinos que detectar que si hay sustancias venenosas o no y cómo tratarla, o un incendio forestal”, profundiza el presidente de Afmacan. “Gran Canaria está a la cabeza de las brigadas especializadas, pero el resto de las islas prácticamente no tenemos”, agrega.
Temporada de riesgo de incendios
Con la llegada de mayo ya han entrado los primeros calores reseñables del año, señal de que se aproximan los siempre peligrosos meses de verano para los montes de Canarias, cuyo riesgo para este 2023 se disparan. “No estamos muy esperanzados. Está todo muy seco y lo vemos en primera persona”, sintetiza.
Lo que más le preocupa a la asociación es el viento. “Si está seco y viene viento, no hay manera de parar un fuego, así que vamos a ver cómo viene de fuerte el tiempo sur este”, traslada precavido antes de mandar un mensaje. “Siempre que viene el tiempo sur hacemos un llamamiento a todo el mundo, a los medios y a la población de que hay cosas que no se pueden hacer. Actividades que, por seguridad de uno mismo, como el propio calor y por el incendio, que es complicado y hay que extremar precauciones: trabajos de soldadura, desbrozadoras, fuegos artificiales de pueblos, fogones y todo este tipo de cosas que nunca pasa nada, pero cuando pasa no hay manera de pararlo”.
'Influencers'
Uno de los elementos sociales con los que Afmacan se han mostrado más crítico es con el del influencer. Personajes de gran dimensión pública por su alcance en redes sociales que presumen de fotografías espectaculares en sus redes sociales en contextos de naturaleza. Sin embargo, la cara B del proceso es lo que más preocupa a la asociación que preside Antonio Barro.
Así, explica que, habitualmente, las fotografías que comparten los influencers son en “zonas sensibles, muy fácilmente alterables, que si una o diez personas lo visitan a la semana no hay ese problema, pero si son 1.000 personas o 100 va a causar un daño irreparable”.
Además, pone en conocimiento el cómo acceden a esos puntos para captar la instantánea. “Muchos son de acceso peligroso y, si uno más o menos sabe caminar y moverse y tiene habilidad, lo normal es que no le pase nada, pero si estás haciendo una llamada genérica a toda la población vas a provocar accidentes porque no todo el mundo sabe moverse por esta zona. Es un doble sentido: por el mantenimiento y conservación de los espacios y por la seguridad de los propios personas que acceden”, expone Barro.
Asimismo, otra de sus grandes preocupaciones en este sentido es que “al final, muchas personas acceden a esos lugares únicamente para sacarse una foto y decir que han estado allí. No es el disfrutar de la naturaleza. No van con la mentalidad de que están en una zona frágil, protegida, donde hay gran cantidad de especies que desarrollan en su vida y que no están en otro lugar del mundo”.
Mensaje a la sociedad
Por último, Antonio Barro quiso hacer un llamamiento a la conciencia colectiva de la sociedad canaria. “No sería factible y deseable tener un agente de medioambiente detrás de cada pino y retama controlando a la población que va a disfrutar del paisaje. Si no somos conscientes, como sociedad, de que esto lo tenemos que conservar, de que cuando vamos a hacer una visita un espacio natural tenemos que extremar las precauciones para conservar la fauna, para no romper plantas, para nuestro entorno y para no tirar basura, nos vamos a quedar sin nada que proteger”, expone el representante de Afmacan.
Además, enfatiza que tampoco sería “deseable vigilar, como policía con perro, y estar pendiente de que la gente no se salga el sendero. Si entre todos no somos capaces de entender esto, no lo vamos a cuidar y nos vamos a quedar sin nada”, cierra.