Sergio, uno de los aficionados del Celta de Vigo agredido tras el partido de ayer contra la Unión Deportiva Las Palmas, defiende ante Atlántico Hoy, en conversación telefónica tras aterrizar en Santiago de Compostela, que todo el encuentro se desarrolló con absoluta normalidad. "Era de película", argumenta mientras explica que tanto él como su hijo —un joven de 20 años— estaban pasando un gran rato antes de entrar al Estadio de Gran Canaria y durante el propio partido.
Pero, al finalizar, se vieron perseguidos por cuatro personas, presuntos aficionados de la UD Las Palmas. "Salimos del partido tranquilamente y a la altura del centro comercial cercano al campo vienen cuatro personas y me dan un golpe en la oreja". Su hijo los ve y sale corriendo mientras Sergio intenta entretenerlos: "Yo tenía miedo por mi hijo, al final es solo un niño", manifiesta.
Buen rollo
"Dentro de la grada estuvimos tranquilamente, un trato impresionante", asegura. "Estuvimos fuera tomando algo y es verdad que había algunos intentando provocar, pero no les hicimos caso", continúa. Sergio dice que "había buen rollo con todo el mundo porque yo no voy al fútbol a provocar, fueron solo esos cuatro energúmenos".
Tras el ataque, fue al Hospital Doctor Negrín, "pero tardaron mucho en atenderme", confiesa. "Voy a ir al médico aquí, en Santiago, porque tengo la oreja rajada, un golpe en el muslo y una ceja abierta". Tras recibir el parte médico, Sergio confirma que irá a denunciar a la policía de Vigo.