Mejorar los avisos meteorológicos para minimizar los daños en personas y bienes -derivados de temperaturas extremas o lluvias torrenciales- es uno de los objetivos del nuevo sistema de avisos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que busca una sociedad más "consciente" ante impactos futuros.En España se predice "muy bien", pero falta un vínculo entre Aemet y la ciudadanía, "un eslabón que no está bien establecido" y que consiste en cómo transmitir de forma más clara y contundente los fuertes impactos meteorológicos que pueden producirse tras fenómenos adversos, explica Rubén del Campo, portavoz de la Aemet.Uno de los ejemplos más claros fue la borrasca Filomena que el pasado invierno azotó con fuerza a la península: hubo una predicción "muy bien elaborada" con avisos rojo por nieve en Madrid, que era la primera vez que se emitían y que ya daban cuenta de la gravedad del asunto, aclara Del Campo, para reconocer, sin embargo, que la sociedad no percibió la "contundencia" del mensaje.En este punto, el portavoz destaca que Filomena fue el "espaldarazo final" para modificar los avisos porque, a su juicio, las personas son conscientes del tiempo que va a hacer, pero no tanto de lo que puede hacer el tiempo con ellas.Nos encontramos ante un "cambio de filosofía" del plan de avisos "Meteoalerta" (2007), actualmente con los colores de un semáforo -según los niveles de riesgo al superar determinados umbrales climatológicos-, y que ahora se enfocará también a informar de los impactos que los fenómenos adversos causan en la sociedad.
IMPACTO
En un supuesto caso de precipitaciones torrenciales se debe incluir el impacto, porque los ciudadanos quieren saber cómo les afecta esa lluvia y qué tipo de problemas pueden derivarse en caso de que sea intensa, más que los litros que caen, matiza el portavoz.Se trata, en parte, de adoptar el sistema usado en Estados Unidos cuando hay alertas por tornados y huracanes, donde las autoridades emiten comunicados a la población "súper explícitos y totalmente centrados" ante los impactos que se pueden generar como voladuras de tejados, riesgo para la vida, evacuaciones, etc.A finales de esta primavera o inicio del verano entrará en vigor el aviso por calima o nivel de polvo en suspensión, en la actualidad limitado a las Canarias, y que notificará el promedio diario de los umbrales de partículas de polvo PM10 en suspensión y su afectación a la salud, en vez de umbrales climáticos.Rubén Del Campo explica que, años atrás, los avisos por polvo en suspensión reflejaban la reducción de visibilidad en maniobras aeronáuticas, algo ya insuficiente; a partir de ahora, el mensaje incorporará como afecta esa alta concentración a la morbilidad y mortalidad de las personas, en definitiva a la salud.El cambio será "gradual", no es una cuestión que pueda abordar en solitario la Aemet, sino que necesita de la cooperación de organismos públicos como el Ministerio de Sanidad, el Instituto de Salud Carlos III (Madrid) o los servicios de Protección Civil, en definitiva, grandes conocedores de los impactos meteorológicos y con la idea de lanzar un mensaje unívoco y de alcanzar sinergias .En el caso de temperaturas extremas y olas de calor, Aemet quiere integrar la información de la salud a sus avisos por calor, debido a que actualmente sus umbrales de altas temperaturas están asociados a la climatología, mientras que los de Sanidad están asociados a la morbilidad y a la mortalidad de las personas.Para ello, en pocos días la Aemet incluirá en su web un enlace a la página de Sanidad, donde aparecerá el Plan Nacional de Actuaciones Preventivas de los Efectos del Exceso de Temperaturas sobre la Salud de las Personas.El portavoz subraya que también se trabaja en la mejora de los avisos especiales por ola de calor con el objetivo de incluir los niveles de "riesgo por persistencia de temperaturas": no es lo mismo una ola de calor de 4 que de 7 días en su afectación a la salud.
