El autor confeso de haber matado a su novia
Yurena N.L., de 23 años, en el domicilio de
Telde (Gran Canaria) donde convivían desde 2015 ha negado este lunes ante un Jurado de Las Palmas que le quitara la vida "por ser mujer" o para evitar que le dejara por otro.Así lo ha reiterado este lunes ante el tribunal constituido en la Audiencia de Las Palmas
Víctor Ayose G.G., para quien la Fiscalía solicita 22 años de cárcel por asesinato, una calificación que también comparten las acusaciones particular y popular, que, sin embargo, elevan a 25 años la pena que solicitan para el procesado.Su defensa, por su parte, ha anunciado en esta primera sesión de la vista oral que elevará de 12 a 15 la pena que interesa para su representado, a quien responsabiliza de un delito de homicidio.En esta causa, también figura como imputado por un supuesto delito de encubrimiento
José Manuel H.S., para quien las acusaciones personadas piden tres años de cárcel, respectivamente, y su defensa su libre absolución.
Los hechos
La versión de los hechos que defienden las acusaciones pública, particular y popular establece que en la mañana del 31 de marzo de 2017, días después de que su novia le comunicase su decisión de dar por finalizada la relación y marcharse del domicilio de los padres de él, en el que convivían, Víctor Ayose G.G. discutió con Yurena N.L., la empujó sobre la cama y la inmovilizó al colocarse sobre ella, y le apretó el cuello con ambas manos hasta estrangularla.Las acusaciones consideran que a este fatal desenlace se llegó porque Víctor Ayose G.G., que tenía sometida a su novia por el control que ejercía sobre ella, no aceptó que ella se quisiera ir ni que hubiera comenzado a conocer a otro hombre, unas motivaciones que el autor confeso de su muerte ha negado este lunes en repetidas ocasiones, destacando que "ella hacía lo que le deba la gana e iba a bailar sola todos los fines de semana".
Presunta ayuda de un amigo
Al ser preguntado por la ayuda que pudo prestarle su amigo José Manuel H.S., a quien vio y con quien se comunicó por teléfono durante la mañana de los hechos, para envolver en plásticos el cadáver de la víctima, bajarlo del dormitorio donde la estranguló al garaje e introducirlo en el maletero de su coche, como asegura que hizo la Fiscalía, Víctor Ayose G.G. ha reiterado que este otro procesado "nunca le ayudó con el cuerpo"."Él sólo me compró unos rollos de cinta americana que le encargué. No le tengo miedo, ahora por esto a lo mejor me reprocha la ruina que le he buscado, pero él no me ayudó nunca, quiero que quede claro que esto lo hice yo, que estoy condenado por ello desde entonces", ha aseverado Víctor Ayose G.G.Víctor Ayose G.G. ha admitido ante el tribunal jurado que tras matar a su novia quiso deshacerse de su cadáver antes de que sus padres llegaran a casa a mediodía, por lo que metió el cuerpo sin vida en el maletero de su coche y lo llevó a una finca familiar.Allí fue donde el procesado ha dicho que se paró a reflexionar sobre lo que había hecho y donde decidió regresar andando al domicilio familiar para confesárselo a su madre, quien le acompañó luego a comisaría.Después de que la fiscal le reprochara este lunes la poca colaboración que mostró con la Policía, Víctor Ayose G.G. ha asegurado que desde un principio dijo a los agentes que le tomaron declaración dónde estaba el cadáver de la víctima, si bien ha admitido que su madre tuvo que precisar la ubicación exacta de la finca donde lo había dejado, dentro de su coche.
El amigo reniega de los cargos de cómplice
El acusado de encubrir a Víctor Ayose G.G., a quien la fiscal ha tenido que pedir que dejara de llamarle "doña", ha declarado ante el tribunal jurado que cuando su amigo le confesó su crimen le recriminó "el problema que le había buscado", ya que él llevaba nueve meses en libertad tras cumplir condena por delitos de robo y lesiones anteriores, le conminó a que fuera a comisaría, y se personó también él allí para dejar claro que "ni pinchaba ni cortaba" en ese asunto."Yo no me dedico a eso. Soy un ladrón, un bandido y un peleón", ha referido José Manuel H.S., quien ha asegurado a la fiscal que, tras confesarle que había matado a su novia, su amigo no le dijo dónde estaba su cuerpo, ni él le preguntó.