Acusan a un turista de golpear a una mujer tras hallarla con su novia en un hotel en Tenerife

En el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, la denunciante afirmó que ambas se habían conocido mientras estaban en el karaoke del hotel, y que “me gustaba, me cayó muy bien” y nunca le dijo que tenía novio

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 Un vehículo de la Guardia Civil entra en el garaje de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife./ EFE Ramón De La Rocha
Un vehículo de la Guardia Civil entra en el garaje de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife./ EFE Ramón De La Rocha

El acusado de haber golpeado de forma “brutal” a una turista británica habría llevado a cabo la agresión cuando la encontró a solas con su novia en la habitación que ambos compartían en un hotel de Adeje, al sur de Tenerife.

En el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, la denunciante afirmó que ambas se habían conocido mientras estaban en el karaoke del hotel, y que “me gustaba, me cayó muy bien” y nunca le dijo que tenía novio.

Versiones

Primero, fueron juntas al baño, de donde intentó sacarla, sin suerte, la madre de la víctima. Después se trasladaron a la habitación de la pareja, donde las encontró el procesado, quien, al llegar, intentó tirar a la joven por el balcón, según declaró ésta, y luego la golpeó causándole graves heridas en la cara.

La versión de la pareja del acusado es que la mujer estaba muy borracha, no sabía dónde se encontraba su cuarto y por eso la llevó al suyo, la acostó en la cama, y que cuando vino su novio ella estaba en el baño.

Esta, declarando como testigo, asegura que las heridas se las causó su madre, quien estaba muy enfadada al ver que había bebido demasiado y que también le quitó el móvil para que no lo siguiera utilizando para pagar más bebidas.

Cena familiar

La víctima señaló que aquel 20 de noviembre de 2022 salió a cenar con su madre, pero no recuerda la mayor parte de lo ocurrido porque estaba muy ebria y apenas se acuerda de la agresión.

Durante la agresión la víctima llamó al padre y entonces éste pudo oír los gritos de un hombre, insultos y el sonido de los golpes, pero la joven tampoco recuerda este episodio.

Finalmente, la víctima se despertó “totalmente aturdida” al lado de la piscina, donde la encontró un miembro de seguridad del hotel y de ahí sería llevada al hospital pese a que inicialmente se negaba.

Juicio

De esta forma, la víctima reclama una indemnización ya que ha tenido que someterse a diferentes cirugías, pero dos años después su rostro nunca ha vuelto a ser el mismo. Le cambió la forma de los ojos, no puede respirar bien, tiene una parte de la cara inmovilizada y ha estado en tratamiento psicológico.

La madre también intervino por videoconferencia y dijo que cuando perdió de vista a su hija en el karaoke la encontró encerrada en el baño con la novia del acusado, la esperó, pero al final se fue a acostar porque estaba cansada.

Después, llamó su marido desde Inglaterra diciendo que la hija le había pedido ayuda por el móvil, que la encontró muy alterada, oía chillidos, insultos y ruido de golpes.

Al llegar al cuarto vio la agresión y cómo el acusado la insultaba porque, según decía, intentó quedarse con unos zapatos de su novia, mientras que la madre intentó calmarlo diciendo que ella no tenía necesidad de robar.

Un guardia civil declaró que cuando la chica vio la foto de su supuesto agresor entró en pánico, lo identificó y no podía ni hablar.

Personal del hotel relató que no vieron heridas en las manos del hombre, pero la propia novia señaló que sí se había hecho daño cuando estuvieron en la playa. La vigilante de seguridad ratificó que el acusado estaba muy tranquilo y que simplemente se limitó a preguntar qué había pasado.

Finalmente, intervino la doctora que la operó al día siguiente y quien aseguró que las lesiones eran “muy graves”. Había sido golpeada “de forma brutal con mucha fuerza” y, bajo su punto de vista, las heridas no eran compatibles con la caída desde un balcón.

La operación consistió en la colocación de varias placas de titanio y resultó especialmente complicada, ya que algunos de los huesos habían sido prácticamente triturados o estaban en piezas muy pequeñas.

En la actualidad, el hombre se encuentra en prisión provisional hasta que pague una fianza, mientras que la Fiscalía pide seis años de cárcel, el pago de 5.000 euros y los gastos sanitarios.