Acusados de patronear un cayuco dicen que lo hicieron para salvar su vida y la del resto

Han relatado en la vista oral que quien dirigía el cayuco tuvo problemas de vista y que el otro patrón se mezcló con el resto de personas

AtlanticoHoy / EFE

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Salvamento Marítimo rescata a un centenar de inmigrantes subsaharianos que trataban de llegar a Tenerife en cayuco. EFE - ALBERTO VALDÉS
Salvamento Marítimo rescata a un centenar de inmigrantes subsaharianos que trataban de llegar a Tenerife en cayuco. EFE - ALBERTO VALDÉS

Dos hombres acusados de ser patrones de un cayuco que partió de Senegal y llegó a Tenerife en julio de 2023 con 159 personas a bordo han admitido que se hicieron cargo de la embarcación pero fue al final de la travesía y para salvar su vida y la del resto de la tripulación.

Han relatado en la vista oral que quien dirigía el cayuco tuvo problemas de vista y que el otro patrón se mezcló con el resto de personas. Los procesados han asegurado que no se conocían entre sí y uno de ellos ha ratificado que había pagado en Senegal medio millón de francos CFA, casi 700 euros; ambos han negado que repartieran la comida y que aparte de la que había en el barco también llevaron la suya propia.

Uno de los acusados ha identificado el nombre de uno de los patrones pero ha asegurado que antes de ser remolcados a tierra se mezclaron entre los viajeros para no ser detenidos por lo que este acusado tomó las riendas del cayuco “para salvar mi vida y la de los demás”.

La misma versión

El otro ha mantenido esta misma versión y ha dicho que jamás pensó que iba a ser detenido y se limitó a hacer lo posible para dirigir la embarcación cuando vieron que los verdaderos patrones “se quitaron de en medio”. Ha asegurado que podría identificarlos pero nadie le preguntó, al contrario que al resto de los viajeros, algunos de los cuales dijeron que fueron ellos los encargados de estas tareas. Los policías que intervinieron en la vista han declarado que habitualmente es muy difícil que los recién llegados confiesen quiénes son los patrones.

También han contado que no se produjo ninguna hospitalización, que el estado de salud de los tripulantes del cayuco en general era bueno y que en la embarcación quedaban restos de galletas y botellas de agua vacías.

Por las dimensiones del cayuco y el número de viajeros, los agentes han deducido que los migrantes estaban “totalmente hacinados”; no había chalecos salvavidas, ni luces de posición y apenas contaban con una lona para protegerse por lo que el viaje fue calificado como “enormemente peligroso. La idea que les vendieron estaba muy lejos de la realidad”, ha dicho una agente.

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