Lo que no consiguió una pandemia lo ha logrado el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria: los hosteleros de la zona de Triana están formando una nueva asociación que podría ser una realidad la semana que viene. “El acoso”, que dicen sufrir por parte del Consistorio capitalino, con inspecciones continúas y la orden de cerrar las barras la Noche de Reyes de 2024 a las dos de la mañana, ha terminado con la paciencia de los empresarios.
De hecho, más de cuarenta de estos propietarios de negocios participan en un chat de WhatsApp y ya perfilan el nombre de la nueva alianza: Asociación de Hostelería y Ocio de Triana.
Desconocen las causas
“Desconocemos el interés que tiene en el fondo el Ayuntamiento. No sabemos si estos recortes en los horarios o estas inspecciones tan continuas tienen un trasfondo con otro interés. A lo mejor, se trata de recortar el número de terrazas”, asegura el dueño de un pequeño local de tapas que prefiere que su nombre no se haga público. “Una vez que han tomado la determinación de cambiar la hora de cierre del día 5, ya sólo nos queda luchar por el año que viene. Es difícil calcular las pérdidas porque cada local tiene unas dimensiones y un tipo diferente de facturación, pero yo estimo que por lo menos tendremos un 30 o 40 % de pérdidas con respecto al año anterior”, puntualiza.
Gabi, encargado de un restaurante de la zona y que también está dispuesto a unir su establecimiento a la nueva asociación, opina de forma muy parecida. “Lo de cerrar a las dos de la mañana no es ni bueno ni malo. Es cierto que después de las dos de la mañana siempre hay un poco más de pleito, la gente está un poco más sobrepasada y tenemos que soportar cosas que no son de recibo”, explica. “Pero es un día al año, ese día en el que los negocios podemos recuperarnos un poco de las pérdidas de todo el año. Nos perjudica porque esa horita de menos, en dinero puede ser mucho”, especifica Gabi.
No hay diálogo
Otro hostelero que también está en ese chat de WhatsApp y que también está ilusionado con la nueva asociación es Raúl (nombre ficticio ya que prefiere mantener el anonimato). Raúl es el dueño de un prestigioso restaurante de Triana. “Desde el primer minuto que los vecinos empiezan a plantear el tema de ruidos, creo que podríamos haber llegado a un acuerdo e intentar transmitir la idea de que al final es una zona de acogida de visitantes. Además, nosotros necesitamos que la gente esté empleada, el beneficio económico es muy importante”, detalla este empresario.
Para Raúl se ha cometido un fallo enorme al no organizarse reuniones entre el Consistorio y los hosteleros de Triana previas a esta última decisión de limitación horaria. “Hecho en falta diálogo por parte del Ayuntamiento. No entiendo por qué se imponen las cosas de un municipio, ¿por qué no se dialoga? Somos pequeños empresarios que nos intentamos buscar la vida. A lo mejor es que nos ven desunidos, sin fuerza. Creo que podemos tener ciertos márgenes de trabajo y ciertos márgenes de mejora”, analiza Raúl.
“Me gustaría resaltar que se está destruyendo la hostería y el ocio y con ello la economía y los puestos de trabajo que genera con decisiones impuestas, nunca dialogadas y con una falta de empatía total por parte del Ayuntamiento y los vecinos”, concluye.