El papel de las pensiones no contributivas es el de garantizar unas condiciones de vida dignas para quienes no cuentan con ingresos en su vejez por no haber contribuido en su vida laboral lo suficiente como para acceder a una pensión contributiva. Las cifras en España de estas ayudas son el reflejo de años de desigualdad laboral, por eso ahora, ellas son las destinatarias del 75 % de las pensiones no contributivas.
Según el Observatorio Social de las personas mayores, a finales de 2019, 196.212 mujeres percibieron una pensión no contributiva de jubilación frente a los 65.651 hombres que también la recibieron.
Sin embargo, esta situación de brecha de género negativa para los hombres responde a una situación social y laboral en la que históricamente la desigualdad ha estado de la mano de las mujeres. Y es que precisamente estas ayudas buscan garantizar las condiciones mínimas para la subsistencia de aquellas personas que están en situación de necesidad y no han cotizado lo suficiente para recibir una pensión contributiva.
Pensión no contributiva por invalidez
Respecto a las pensiones no contributivas por invalidez, la cifras se igualan pero siguen siendo las mujeres las que lideran estas cifras. En el año 2018, fueron 92.380 los hombres mayores de 65 años quienes percibieron esta ayuda frente a 96.993 mujeres.
Según las cifras del Observatorio, a finales del año 2019, la Seguridad Social gestionaba 261.000 pensiones no contributivas. En Canarias, a fecha de mayo de 2021, 42.521 personas recibieron algún tipo de ayuda de este ámbito, según los últimos datos publicados por el Gobierno de Canarias. Respecto a la cuantía de esta prestación, en febrero de este año, el importe medio de las pensiones de jubilación era de 395,6 euros y la de invalidez de 449,5 euros.