Más de un 75% de los médicos de Canarias sufren la temporalidad. De hecho, muchos de estos profesionales han llegado a jubilarse sin ver resuelta su situación.
Así lo han señalado este jueves el presidente del Sindicato de Empleados Médicos de Canarias (Semca), Sunil Lakhwani, y el delegado sindical, Gabriel González, durante una rueda de prensa en la que también intervino el portavoz de Nueva Canarias, Yoné Caraballo.
Lakhwani recordó que no se ha cumplido con los procesos selectivos extraordinarios, que deben estar resueltos antes de final de año cumpliendo así con la Ley de 2021 de Medidas Urgentes para la Reducción de la Temporalidad en el Empleo Público.
“Llevamos años pidiendo una solución”
El presidente señaló que, para médicos y otros facultativos, se han ofertado 2.800 plazas y se han presentado 4.500 aspirantes. Además en los últimos 25 años solo han podido presentarse a dos oposiciones, y aseguró que en otras comunidades autónomas ya están “en fase de adjudicación de plazas o en la toma de posesión”.
Insistió en que el problema de la temporalidad “es más gordo de lo que se cree” ya que más de un 75% de los médicos son temporales, y muchos desde hace más de 20 años. Incluso, destacó, se dan situaciones de jubilación de profesionales que todavía son temporales.
“Llevamos años presionando para resolver esta situación con huelgas y concentraciones. Además se suman otros problemas como la cotización de las guardias, las retribuciones, el insuficiente tiempo de descanso después de 24 horas trabajando, salarios a la cola de Europa o la falta de financiación de la formación continuada”, expresó Lakhwani.
El caso de los anestesistas
Por su parte Gabriel González explicó que, en cuanto a especialidades, en servicios como el de anestesia tienen a más de un 70% de sus profesionales en temporalidad. "Evidentemente las especialidades más grandes son las que más temporalidad tienen, y eso deriva en una carga asistencial que roza el límite desde turnos que llegan a las 24 horas o los fines de semana", aseguró.
González apuntó que llevan “tiempo suficiente viendo cómo llega sangre ajena al río” y que quieren “ejercer su vocación en paz” porque esta situación ha desencadenado en que “muchos profesionales enfermen o acaben de manera drástica”. De esta manera consideró que es “materialmente imposible” que la situación se resuelva antes del 31 de diciembre de 2024.