Gran Canaria ha registrado desde el año 2013 al menos 184 incendios. Según la Brigada de Investigación de Incendios Forestales (BIIF) del Cabildo insular, 96 se produjeron por negligencias, 34 fueron intencionados, siete surgieron de forma accidental y uno tuvo origen natural, mientras que no se determinó el motivo de otros seis y 40 no se investigaron.
Así lo ha concluido una investigación realizada por los técnicos del Cuerpo de Agentes de Medio Ambiente adscritos a la BIIF y difundida este sábado por el Cabildo de Gran Canaria. Entre las causas que han producido el fuego está la realización de actividades de riesgo como la eliminación de rastrojos, restos agrícolas y/o forestales. Se suma el uso de maquinaria o equipos de trabajo que generan chispas o deflagraciones sin haber adoptado las medidas de cuidado necesarias o la utilización de radiales para cortar piezas metálicas y de motodesbrozadoras con cuchilla de hoja metálica en terreno pedregoso, así como las actividades de recreo como fuegos de campamento, entre otras.
De esta manera 96 incendios --casi un 70%-- se han originado por negligencias o imprudencias, mientras que los intencionados representan el 24,6%, es decir, 34 casos. A ellos se suman siete de manera accidental --por vehículos a motor en vías del monte o rotura del tendido eléctrico-- y uno que se produjo por motivos naturales.
Uso de maquinarias y equipos de trabajo
El informe, detallan desde el Cabildo, se ha centrado sobre todo en los incendios forestales y agrícolas próximos a zona forestal ocasionados por el uso de maquinarias o equipos de trabajo que generan deflagración, chispas o descargas, desde 2007 hasta hoy, y se ha constatado un total de 24 siniestros. La mayoría de ellos, al menos cinco casos, se produjeron durante la utilización desbrozadoras en terrenos pedregosos, siendo el factor determinante en esas ocasiones el manejo de cuchillas de hoja metálica en zona de combustibles fácilmente inflamable.
La institución apunta que los técnicos tienen referencia de la existencia de un incendios forestal causado por las chispas que saltaron por el impacto de un pico contra las piedras en la Degollada de Las Palomas, en Tejeda, que afectó a 18.684 metros cuadrados en julio de 2021. También otro en Lomo Riquiánez, en Arucas, que afectó a 4.360 metros cuadrados en agosto de 2022 originado por la fricción de la estera o cuchilla de un tractor de oruga con las piedras.
De hecho, el 30,7% de estos siniestros con maquinaria se han producido fuera de la época de peligro por incendios forestales, mientras que el 26,9% están relacionados, según la BIIF, con trabajos de mantenimiento y conservación de carreteras por empresas contratadas por las administraciones públicas.