Un estudio confirma que la malaria aviar no se transmite fácilmente

La investigación, realizada en el islote de Alegranza, en el Archipiélago Chinijo, muestra que no todos los insectos alimentados por sangre infectada transmiten la enfermedad

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Un estudio realizado en el islote de Alegranza, en el Archipiélago Chinijo, con participación de investigadores de la Estación Biológica de Doñana (EBD), ha comprobado que los parásitos causantes de la malaria aviar no "saltan" con facilidad de una a otra especie de aves.

Los motivos son que no todos los insectos que se alimentan de la sangre de las aves infectadas tienen la capacidad de llegar a transmitir la enfermedad, es decir, convertirse en vectores, o bien no todas las especies de parásitos se desarrollan en todas las especies de aves.





La investigación, en la que también han participado investigadores de la Universidad de Ámsterdam, ha aparecido en el último número de Molecular Ecology, ha informado en un comunicado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Sevilla, al que está adscrito el EBD.

Rafael Gutiérrez, investigador de la EBD y coautor del estudio, explica que "para cada parásito existen restricciones en cuanto a los insectos que lo pueden transmitir y las aves que son capaces de infectar".





La comprobación de estas dificultades en el salto de los parásitos entre diferentes especies de aves fue posible a través de un estudio de campo realizado en el islote de Alegranza, uno de los lugares donde habita el halcón de Eleonor.

En el estudio, desarrollado durante tres años consecutivos (2011-2013), se constató la presencia de moscas planas en el islote, y se analizó la presencia de parásitos en 1.027 ejemplares de estas moscas y en 90 aves, identificándose una gran diversidad de parásitos de la malaria aviar, incluyendo 21 linajes genéticos de parásitos.

Las moscas se alimentaban de los halcones, pero la mayoría de los parásitos aislados en las moscas no coincidían con los escasos parásitos hallados en las mencionadas rapaces.

Un estudio más detallado permitió comprobar que, para sorpresa de los investigadores, la mayoría de los parásitos encontrados en las moscas planas coincidían con los hallados en las aves que los halcones cazaban para alimentar a su prole, ya que los halcones de Eleonor cazan sobre el océano aves paseriformes que se han desviado de su ruta en su migración otoñal a lo largo de la costa africana.

Por tanto, las moscas planas también parecen alimentarse de las presas que los halcones cazan, probablemente cuando son transportadas por los halcones hasta sus nidos.

A pesar de que las moscas planas pican a los halcones para alimentarse, los parásitos de las presas, que sí están presentes en las moscas, no llegaron a desarrollarse en las rapaces, de forma que no se produjo el salto de hospedador del parásito entre los halcones y sus presas.

Se trata de un comportamiento de alimentación oportunista que ocurre de manera frecuente.