Julio Pérez, consejero de Sanidad, precisó en rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno que la mayor parte de esas mascarillas defectuosas no fueron utilizadas, si bien una pequeña parte llegó a ser usada por personal sanitario al que se realizarán pruebas del virus para no correr riesgos.
El consejero detalló que una primera partida de 25.000 mascarillas defectuosas corresponde a material facilitado por el Ministerio de Sanidad, y cuando este organismo les advirtió se había utilizado ya el 15%, por lo tanto unas 3.750.
Otra partida de 38.000 mascarillas de tipo mariposa fue detectada como defectuosa este domingo por las gerencias de los hospitales antes de ser utilizadas, las cuales habían sido adquiridas directamente en China por la Consejería de Sanidad a través de canales facilitados por un grupo de empresarios.
La empresa responsable de la entrega ya ha abonado el importe de 106.000 euros que costó esa partida.
La tercera partida de 30.000 mascarillas defectuosas no fueron adquiridas para esta situación, sino que estaban almacenadas desde la crisis del ébola.
En este caso, llegaron a utilizarse algunos cientos de esas mascarillas no por personal sanitario, sino por personal auxiliar como el de limpieza en centros de salud, y también se hace un recorrido para descartar incidencias.
En este caso, el problema de las mascarillas es que debido a su antigüedad tienen un problema con el elástico de sujeción que produce roces y dermatitis.