Ganar (o al menos puntuar) en El Molinón. Ése debe ser el objetivo inmediato del Tenerife 18-19. Y la victoria ante el Rayo Majadahonda tampoco cambia mi personal 'objetivo global' de la temporada: la permanencia. Pese al calor que dan los tres puntos logrados el domingo, sigo pensando que el equipo blanquiazul no está construido para aspirar a algo más. Y que con la actual plantilla hasta tendrá difícil lograr esos 48-50 puntos que garantizan la continuidad en Segunda División.
Si nos queremos entretener en buscar culpables, lo podemos hacer. Y señalar a Alfonso Serrano, 'constructor' de esta plantilla. Su pecado capital este verano fue ceder a la presión popular que le obligaba a renovar a Etxeberria y fichar a Nano, opción a la que se había resistido siempre. Lo ha pagado con su despido... o con el anticipo de su salida pactada. Moraleja: siempre es mejor fiarse de uno que hacer caso al entorno. Porque el entorno jamás va a reconocer su error. Y el del Tenerife, menos.
Si nos queremos entretener en buscar soluciones a medio plazo, lo podemos hacer. Y apuntar a quién sería el director deportivo ideal, indicar las posiciones a mejorar y hasta dar nombres de los candidatos a hacerlo. No es mal entretenimiento, porque el futuro del Tenerife –y me atrevería a decir que la 'vida' del Tenerife– depende del acierto de esas elecciones. Eso sí, todo ello nos va a servir, en el mejor de los casos, a partir de la jornada 24 (2-3 de febrero). Y antes queda mucho camino por recorrer.
Por eso, sin nos queremos ilusionar con un argumento (más o menos) sólido para el presente, también lo podemos hacer. Y el partido ante el Majadahonda deja una realidad que permite ver el futuro más gris que negro, pues el Tenerife 18-19 tiene un eje central notable: Dani, la pareja Jorge-Alberto, el dúo Milla-Undabarrena y Malbasic. Eso sí, es necesario que Naranjo añada continuidad y energía a su talento, que los laterales sumen arriba y abajo, mayor productividad en las bandas, solidez en el área propia...
En definitiva: falta mucho en varias zonas y sigue faltando gol, pero el Tenerife mostró el domingo que, al menos en el Heliodoro, es capaz de competir, que tiene buenos futbolistas en las zonas vitales del campo, que no carece de actitud y que hay un grupo unido. Ahora debe aprobar algunas asignaturas pendientes. Y la más urgente, por encima de mejoras individuales, es ofrecer las mismas sensaciones colectivas como visitante. Es cierto, no se le puede exigir la victoria, pero sí que juegue 'igual' que en la Isla.
P.D. Otro argumento para el optimismo es pensar que el fútbol es raro. Hace mes y medio, el Cádiz era candidato unánime al descenso. Y de repente llegan una lesión, un relevo en una posición secundaria, un mediocentro que reaparece, un extremo que aparece, un central con apariencia de exfutbolista que sale de la nada... y todo cuadra.