Perdonen ustedes si no me ilusiono con el partido que hizo el Tenerife en El Molinón. Admito que el equipo blanquiazul firmó su mejor actuación del curso como visitante, pero también estimo que la derrota no fue injusta. Tal vez hiciera méritos para arañar un empate, pero no para más. Y eso, en el encuentro más destacado del curso fuera del Heliodoro y ante un rival discretito como el actual Sporting es poco, muy poco.
En realidad, considero que la cita de Gijón deja una doble lectura: el Tenerife 18-19 mejora... pero aún está lejos de ser un equipo fiable; o al menos, fiable en los resultados. No rehuye el balón, lo mueve con criterio, tiene una actitud correcta, genera media docena de opciones de gol por partido y le llegan poco. Pero lo grave es que todo eso no le alcanza para ganar. Y nadie puede calificar la derrota de El Molinón de accidente.
Porque no han sido pocos los partidos en los que el Tenerife ha jugado bien –o al menos correctamente– y eso no le ha bastado para ganar. El equipo crece y eso es bueno, pero si esa paradoja de jugar (aceptablemente) bien y no ganar se repite con mucha frecuencia, me ilusiona poco y me preocupa mucho. Porque el resultado no es fruto de un accidente o de “cosas del fútbol”, sino una señal de una plantilla mal construida.
Dicho de una forma cruda: pese a todo lo bueno que ofreció en El Molinón, el Tenerife 18-19 está obligado a someterse a una cirugía en el mercado de invierno si no quiere acabar en Segunda División B. Y sea quien sea el nuevo director deportivo, sus primeras decisiones no se pueden limitar al maquillaje. Y todo ello con cero euros en el bolsillo, porque la entidad blanquiazul debe mejorar su plantilla sin gastar más dinero.
O lo que es lo mismo: el Tenerife 18-19 está obligado a aligerar masa salarial, lo que pasa por el traspaso de uno de sus dos-tres únicos futbolistas apetecidos por el mercado [Milla, Acosta, quizás Malbasic...] o por negociar la baja de alguno de sus jugadores mejor pagados. Y aquí todas las miradas apuntan a Nano, quizás la gran decepción del curso... ahora que Naranjo, sin brillar, al menos se ha reencontrado con el gol.
Así que perdonen ustedes si no me ilusiono con el mejor partido como visitante del Tenerife 18-19. Estoy tan preocupado mirando los resultados y la clasificación que no tengo hueco para la ilusión. Mil gracias por su comprensión.