Por tanto, los modelos educativos que están desarrollándose en los museos y centros de arte en nuestro país han supuesto un cambio de paradigma. En este sentido, cada vez más son las instituciones culturales que dotan a sus proyectos artísticos de programas didácticos, con el objeto de hacer más comprensible y accesible las propuestas expositivas y los recursos empleados para su definición.
Si realizamos un análisis de una obra de arte contemporáneo debemos tener en consideración varios aspectos, el primero es conocer el artista que realiza la obra que tenemos delante, la cronología seria el segundo de los aspectos, y el contexto en el que se desarrolla, así como el tema o genero de la pieza e iconografía, junto con la técnica artística realizada. En este sentido, el mayor problema radica en la comprensión por parte del espectador de reconocer los valores presenciales, que se derivan de los signos, conceptos y metáforas que la obra contiene. Ademas, en el caso del arte contemporáneo, el carácter fragmentario de las piezas necesitan ser situadas en un contexto mas amplio de producción, dificultando las posibilidades de su comprensión y disfrute.
En este sentido y para favorecer la comprensión a todos los niveles de conocimiento, en la actualidad, los museos de arte contemporáneo cuentan con formación tanto para el profesorado, como escolares, familias, universitarios, y públicos con necesidades especiales, y grupos con riesgo de exclusión social, entre otros a mencionar. De este modo, se pretende ampliar el conocimiento, generar dinamismo en los sistemas de comprensión permitiendo la generación de diferentes niveles de actuación de acuerdo a los gustos y preferencias.
Educar a la sociedad y estimular los sentidos.