Este martes, el concejal de Servicios Públicos de Santa Cruz de Tenerife, Carlos Tarife, arranca su viral medida de la campaña de la silla, cuyo recorrido desde su anuncio ha convertido casi en meme una iniciativa que, se supone, va a alertar y avisar a los vecinos-usuarios de hasta 27 puntos negros del municipio para cumplir la Ordenanza de limpieza bajo amenaza de la dura multa que expone la propia Ordenanza.
En este contexto, el edil popular confirmará su ruta este mismo lunes, aunque ya trasladó la semana pasada que podría empezar en Añaza. Concretamente en la avenida Luis Celso Guadalupe.
Avenida Luis Celso Guadalupe
Precisamente, Atlántico Hoy ha podido hablar con una vecina de la zona, quien ha mostrado un fuerte enfado con Tarife ante una postura que considera injusta ante el contexto al que se enfrentan los vecinos. “Me parece muy bien que se ponga usted para que no lo tiren, pero debería mirar los contendores, que no caben sino cuatro bolsitas de basuras. Son pequeños”, critica Rosi. “Usted no me diga a mí con que casi 100 viviendas, más todo lo que hay alrededor, que es un montón de gente, meta toda la basura dentro de dos cacharritos”, reclama dirigiendo su enfado directamente a Tarife.
De esta manera, insiste en la instalación de poner contenedores más grandes, “como los que estaban antes”, espeta Rosi. “No un fisquito que se abre, se llena, y ya no puedes. Yo a veces tengo que ponerlo al ladito porque por la tarde eso está a rebosar”, señala. “¿Me la llevo de nuevo a mi casa?”, pregunta con respecto a la basura que baja a tirar y se encuentra lleno los contenedores.
Además, afirma que muchas veces los contenedores se llenan porque se tiran plantas. “Que se lo diga a los jardineros”, espeta al también responsable de Parques y Jardines, Carlos Tarife. “También se llenan con cosas de obra y cuando vamos a los contenedores nos encontramos que a las 7.15 de la mañana ya está llena otra vez, porque yo no puedo ir a tirarla por la tarde”, finaliza.
Así, afirma que, si finalmente Tarife empieza su campaña de la silla por Añaza este martes, intentará decírselo a la cara.
Camino La Ermita
Otro punto negro, en esta ocasión en el Distrito Salud-La Salle, es en el camino La Ermita. En este tranquilo sendero de asfalto, de pocas viviendas, el problema de la basura genera insalubridad, con la presencia de ratas incluidas.
No obstante, Roberto, nombre ficticio de este vecino que prefiere el anonimato, explica que con el tratamiento de recogida de basura no tiene quejas porque aparece a diario bien, el problema en este punto está con los enseres. “Es verdad que también es culpa de los vecinos porque los dejan sin llamar al ayuntamiento, que ya se los he dicho, pero luego los camiones de recogida nunca pasan y se acumula”, explica. “Pueden estar dos o tres semanas acumulándose”, agrega.
Asimismo, indica que el "cubo marrón, el orgánico", está vacío. “No sé si de aquí alguien tiene la llave. Está siempre vacío y no sabemos ni cómo se consigue la llave”, señala.
Roberto tampoco quiso dejar pasar la oportunidad de reclamar a Tarife que ponga un segundo grupo de contenedores en otra zona del camino. “Más arriba, en la curva, también hace falta contenedores, porque los vecinos de arriba tienen que bajar y lo que hacen es dejar allí las basuras y enseres”, tanto en la calle como en la ladera.
Así, critica que se genera un caldo de cultivo de ratas por todos lados e, incluso de gallos y gallinas que tienen su gallinero próximo, pero que se mueven con libertad y abren las bolsas de basuras.
Calle José Plácido Sansón
Atlántico Hoy también se desplazó a un particular punto negro en la calle José Plácido Sansón, también en el Distrito Salud-La Salle, particular porque dicho punto negro carece de contenedores (como muchos de los 27 señalados por Valoriza en su informe enviado a Tarife), por lo que los vecinos de la calle depositan sus bolsas en un costado… donde antiguamente sí había contenedores.
“Los quitaron de un día para otro, porque les salió a ellos de las narices”, espeta Dailo, residente de toda la vista en esta curiosa calle del barrio de Buenavista. “Nos lo pusieron arriba, en la otra bocacalle, o hacia abajo, que es más lejos, cuando aquí hay personas mayores y de movilidad reducida. Ahí hay un señor que no puede caminar”, destaca señalando a una vivienda próxima.
En este sentido, reconoce que “uno también va cumpliendo años y también piensa a la larga” y que hay gente “que no puede, y no es porque quiera, y es entendible, aunque se vea mal para la imagen del barrio”. Tal es así que indica que hasta él mismo se ha planteado que si se encontrase en la misma situación de problemas de movilidad, también lo haría.
Además, apunta a que la calle se ha convertido en “un núcleo delincuencia” porque los puntos negros se van llenando de basura y “por desgracia donde hay basura, hay gente de todo tipo. Aquí, se refugian ahí mismo -señala a unas ruinas anexas a su vivienda- y hay ciertos individuos que se drogaban porque tenía el punto negro.
Por todo ello, Dailo asegura que lo que falta es una asociación de vecinos. “Para las quejas de los vecinos, porque simplemente no sabemos dónde tenemos que ir para quejarnos. Cuando un ayuntamiento está saturado no te coge el teléfono y poca respuesta para un problema te dan. Tenemos que mirar al cielo y rogar, que por lo menos se dé cuenta quien pase por aquí o de una queja”, esgrime para finalizar.
Señalados
Son solo alguno de los ejemplos del malestar vecinal como respuesta a la anunciada campaña de la silla de Carlos Tarife, por la que los vecinos de los entornos de los puntos negros se sienten señalados por situaciones, numerosas veces, no se consideran culpables por la escasez y tamaño de los contenedores o, como señalan en otros aspectos, directamente por su ausencia.
De ahí, que alguno exprese la medida como "populista" o de "cara a la galería" porque si de verdad se preocupara por los vecinos no los señalaría públicamente y pondría acciones en marcha para evitar que se siguiera incumpliendo forzosamente la Ordenanza de limpieza con amenazas de sanciones.