Hace meses que los vecinos de las calles Eladio Roca Salazar y Juan Rumeu, en el barrio capitalino de El Perú, vienen denunciando que un solar de la zona se ha convertido en un nido de trapicheo, vandalismo y hasta prostitución.
Los edificios colindantes, bastante elevados sobre ese solar, permiten, por su altura, ver con claridad lo que sucede dentro y las familias que allí viven están preocupadas por el aumento de la inseguridad en el barrio, la venta de drigas y las relaciones sexuales que ocurren a vista de todo el que viva en una planta lo suficientemente alta como para ver por encima de los muros.
El ayuntamiento toma cartas en el asunto
El antiguo propietario del solar falleció y alguien forzó la puerta de entrada al mismo, abierta ahora a cualquiera que pase por ahí. En su interior, aquellos que utilizan el terreno para trapichear han construído una pequeña e ilegal edificación.
Los vecinos están cansados y se lo han comunicado en numerosas ocasiones al Ayuntamiento de Santa Cruz, que ha tomado cartas en el asunto pero se ha encontrado con el problema inesperado de que tapiar el acceso al solar se va a demorar más de lo que le gustaría.
Ninguna empresa interesada
Según explicó este viernes en un pleno ordinario del consistorio la concejal de Urbanismo, Zaida González (PP), a petición del PSOE, la corporación municipal ha reforzado la presencia policial en el barrio, aunque originalmente, en octubre de 2022, la concejal de Seguridad, Evelyn Alonso, había descartado hacerlo, considerando que la zona ya estaba suficientemente patrullada.
La mayor presencia policial no se verá correspondida, de momento, con el desmantelamiento del solar ya que, según ha relatado González, ninguna de las empresas con las que el área de Urbanismo tiene un convenio marco para este tipo de obras quiere realizar el cerramiento. El ayuntamiento ha realizado en los últimos meses hasta dos llamamientos, quedando ambos desiertos, puesto que a estas empresas no les merece la pena realizar un trabajo sencillo.
Ejecución subsidiaria
La cuestión de fondo es que este cerramiento es una ejecución subsidiaria, es decir, una obra que una administración pública realiza por razones de necesidad aunque realmente correspondería al propietario hacerlo. Este tipo de ejecuciones, según detalla la concejal de Urbanismo, "no son ni rápidas ni fáciles".
El consistorio ha planteado, dado que ninguna empresa del convenio quiere ejecutar el tapiado, a realizar un contrato menor independiente de este convenio para la limpieza y cerramiento del lugar.