El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife tomo la determinación en octubre de restringir el uso del agua del grifo para beber en menores de ocho años y cocinar en los barrios de La Gallega, Llano del Moro y El Sobradillo de la capital tinerfeña, después de detectarse un alto contenido en flúor.
Todo ello después de la acuciante recomendación de la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias después de detectarse un alto contenido en flúor tras las analíticas realizadas por la Empresa Mixta de Aguas de Santa Cruz de Tenerife (Emmasa) en el agua que llega desde el norte de la isla a través del Canal Trasvase Los Dornajos-Baldíos.
Concretamente, los análisis del agua daban una medida de 1,7, por encima del 1,5 permitido en materia de flúor.
Más de tres meses
Desde entonces, los vecinos de estas zonas del Distrito Suroeste (19.000 personas) conviven con esta situación anómala y de incertidumbre que, como expresó entonces el concejal de Servicios públicos, Carlos Tarife, se alargaría hasta el 31 de enero.
Este jueves, el propio edil actualizó la situación aclarando que el único distrito que todavía no tiene agua directa es el Suroeste. “El flúor sigue siendo alto en esos canales”, apuntó.
Finalización en febrero
“Estamos con una obra que iba a finalizar en octubre y la hemos adelantado. A finales de febrero acabaremos con la crisis del flúor”, agregó Tarife.
En este contexto, aclaró que la obra finalizará a principios de febrero. “Eso nos permitirá mezclar agua desalada con la que tenemos con alto porcentaje de flúor y que esa mezcla acabe rebajando los niveles de fluor, que nos permitirá a finales de febrero levantar las restricciones tras las analíticas y que Sanidad de Gobierno de Canarias nos permita hacerlo”, concluyó.