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Santa Cruz

Santa Cruz, Las Palmas y sus contrapuestos modelos de gestión de los patinetes

Las dos capitales de provincia apuestan por dos formas distintas de abrir sus calles a los VMP, concesiones privadas y administración pública

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Patinetes en Santa Cruz de Tenerife y un usuario de un patinete en Las Palmas de Gran Canaria / AH

Esta semana el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria presentó la llegada a la ciudad del sistema Sityneta, la propuesta pública del Consistorio para la movilidad por la ciudad a través de los vehículos de movilidad personal (VPM) protagonizados por los patinetes.

Y se menciona ‘pública’ porque así se ha decidido que sea el modelo a seguir desde la administración municipal, de la misma manera que el ayuntamiento gestiona el sistema Sitycleta (bicicletas eléctricas).

El caso contrapuesto es el de Santa Cruz de Tenerife, que, aunque lleva adelanto en cuanto a la circulación del patinete por sus calles -no sin polémicas-, su sistema se rige mediante la concesión privada de licencias. Un concurso que próximamente tendrá dos empresas como ganadoras para que entren a funcionar bajo la inminente nueva Ordenanza Municipal del municipio. Según ha podido conocer este medio de comunicación hay cinco empresas finalistas mientras funcionan las dos actuales.

Modelo público

La de Las Palmas fue una decisión “totalmente consciente”, aclara el concejal de Movilidad, Empleo y Distrito Centro del Consistorio capitalino, José Eduardo Ramírez. “El modelo de concesión administrativas a empresas privadas generaba conflicto, distorsión de la ciudadanía y problemas de convivencia”, añade antes de afirmar que desde el primer minuto, aunque se tardase un poco más, optaron porque esto lo hiciera Sagulpa, “que son los que gestionan la las bicicletas”.

La patineta es una nueva solución para la movilidad en una ciudad como Las Palmas de Gran Canaria que tiene dos niveles, una ciudad baja y una alta. “Estos vehículos te permiten solventar el nivel con comodidad y, por lo tanto, el poder sumar a los miles de ciudadanos de la capital a la movilidad sostenible para nosotros es un objetivo irrenunciable”, expresa Ramírez.

Pruebas

El querer hilar fino e ir con cuidado ha sido clave para elegir un modelo de servicio público que, no obstante, no deja de ser aún una “prueba piloto para ver poner normas, qué regular, pero estricta con la idea de que la patineta no genere conflicto” y que tienen como reflejo de funcionamiento y logística el servicio de Sitycleta (bicis eléctricas).

Por ello, la idea era que hubiesen patinetes en Las Palmas de Gran Canaria, pero controlados desde lo público e “imitando el modelo de la bicicleta que ha sido absolutamente exitoso en la ciudad”, reitera el edil que, además, abunda en que ya tenían la operativa, la aplicación ya montada y el personal que mueve la bicicletas en la ciudad. 

Ingresos y unidades

Respecto a los réditos económicos que puede alcanzar el nuevo servicio, Ramírez se desmarca aludiendo que no piensan “en cuestiones monetarias” y que el abono inicialmente es de cinco euros al mes (para bicis es de 20 euros la tarifa mensual). “Estamos hablando de beneficios más bien intangibles, que es facilitar la movilidad de manera sostenible”.

Si todo funciona en la capital, de los 87 patinetes y 13 estaciones ya activos en la primera fase de despliegue, durante el primer trimestre de 2024 finalizará la que será la tercera fase -la segunda se espera para antes de acabar el año- con un total de 320 patinetes y 40 estaciones distribuidas por toda la ciudad.

No obstante, al ser un “sistema vivo”, aclara Ramírez, se irán analizando todos los datos que ofrezca el servicio por si hubiera que poner más estaciones o más patinetes en el futuro. “Si son exitosas, lo haremos”. 

Ponderando los datos de Sitycleta, que cuenta con 2.229 abonados a 31 de agosto, las cifras que ingresaría el Consistorio solo por abonados de patinetes sería de 11.145 euros mensuales, al margen del resto de usuarios registrados o activos que no cuentan con abonos.

Modelo de concesiones privadas de licencias

La otra capital de provincia del Archipiélago, Santa Cruz de Tenerife, ha tomado la vía de las concesiones a empresas privadas. No en vano, la irrupción de los patinetes en la ciudad llegó sin previo aviso con varias compañías entrando en la ciudad casi de golpe hace ya dos años.

Desde entonces, la polémica ha ido protagonizando los andares de la regulación del uso de estos VMP hasta que han ido logrando una relativa normalidad.

La Concejalía de Movilidad de Las Palmas presenta las primeras unidades de patinetes Sítyneta para comenzar su implantación en la capital. / Yaiza Mederos

Nuevas bases

Este mismo verano, el ayuntamiento aprobó las bases que regirán la autorización de explotación de patinetes en la ciudad. En ellas se especifica que las empresas de alquiler de patinetes eléctricos no superarán la cifra de dos compañías y se puso coto al número máximo de estos vehículos por la ciudad, 1292, “con la finalidad de garantizar que ofrezcan un servicio de calidad a los usuarios, así como evitar problemas de sobreexplotación o explotación incorrecta del dominio público o posibles molestias a los ciudadanos”, explicó el alcalde, José Manuel Bermúdez.

Asimismo, esta regulación, además de garantizar las condiciones de accesibilidad en la vía pública, permitirá en los próximos años la creación de más carriles para los VMP, una nueva forma de movilidad que debe sustituir de manera paulatina al tráfico, siempre con unas condiciones de seguridad para peatones y sus usuarios.

Ingresos para Santa Cruz

En lo referente a los costes que dichas empresas deberán contabilizar, la ordenanza fiscal reguladora de la tasa para la utilización privativa o el aprovechamiento especial de los bienes de dominio público municipal, establece una recaudación de 20.000 euros a cada una de las empresas. Además, las empresas deberán depositar una garantía de 50 euros por cada uno de los patinetes.

Pero estas no son todas las condiciones principales que deberán cumplir las empresas para poder operar en Santa Cruz bajo el nuevo marco leal, al margen de las propias normas de tráfico y convivencia con vecinos y otros vehículos. También tendrán la obligatoriedad de tener contratada una póliza de seguro de una cobertura mínima de 300.000 euros que cubra todos los posibles daños que pudieran derivarse de la explotación del servicio de patinete.

Dos sistemas, los de gestión del funcionamiento de los patinetes, contrapuestos entre lo privado y lo público, si bien tiene un mismo fin: potenciar la movilidad sostenible en las dos ciudades más importantes de Canarias.