El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife adeuda algo más de 3´4 millones de euros a Cetensa, la empresa encargada de la gestión del cementerio municipal. Esta cifra corresponde al sumatorio de todos los pleitos que la compañía ha ido ganándole al Consistorio desde que en 2011 lo llevase a los tribunales por no permitirle cobrar la "Tasa de Mantenimiento de los Titulares de Derechos de Concesiones a 99 Años" de los nichos y mausoleos.
Cetensa consiguió la adjudicación para gestionar el cementerio en 1995 por un plazo de 30 años que terminan el próximo 15 de febrero de 2025. En el estudio que presentó Cetensa durante la licitación, se incluia la mencionada tasa de mantenimiento, pero un acuerdo plenario del Ayuntamiento en 1997 acordó que el servicio debía ser gratuito para los usuarios y se suspendió la tasa de manera temporal.
Cetensa denunció al Ayuntamiento
La empresa adjudicataria reclamó entonces al Consistorio capitalino el pago de las pérdidas que esa suspensión le acarrearía. Tras años de discrepancias, en 2011, Cetensa llevó al Ayuntamiento a los tribunales. Dos años más tarde, en 2013, Cetensa comenzó con las reclamaciones. La sentencia de aquella primera reclamación falló en 2018 en favor de la compañía obligando al gobierno municipal a pagar 668.000 euros. A partir de entonces, las posteriores sentencias han continuado fallando en favor de Cetensa.
En 2021, el monto de lo que se le debe a la empresa adjudicataria asciende hasta los 3´4 millones de euros, contando con la deuda del propio 2021 y los intereses de deuda generados por sentencias anteriores. Una suma que estaría contrapeada por las deudas que la propia Cetensa tiene con el Ayuntamiento en conceptos de IBI y canon.
Cetensa lanzó un acuerdo
En vista de la dinámica de pleito-sentencia que se estaba siguiendo para cobrar esa tasa, Cetensa se acercó al gobierno municipal en 2021 para ofrecer un acuerdo por el cual el Ayuntamiento incluiría en su presupuesto un pago único para solventar la deuda y, en adelante, incluiría una partida presupuestaria para pagar la tasa de manera anual. En contrapartida, Cetensa ofrecía una reducción del 20% en la deuda, por lo que esta deuda de 3'4 millones de euros pasaría a ser de 2´7 millones, según ha explicado este jueves el primer teniente de Alcalde, Guillermo Díaz Guerra, en una comisión de control.
Esta cifra, que reducía la deuda en torno a 690.000 euros, quedó pactada en un documento en el que Ayuntamiento y Cetensa se pusieron a trabajar desde el principio. Sin embargo, en la recta final de la negociación, Cetensa introdujo una condición nueva para cerrar el pacto, concerniente a un desacuerdo por parte de la empresa en materia de IBI y que la adjudicataria había llevado a los tribunales.
Sin allanamiento de deuda no hay pacto
Lo que Cetensa pretendía con este giro de tuerca era incluir en el pacto un allanamiento de la deuda en materia de IBI que debía al Ayuntamiento. Trato que no dependía del área de Servicios Sociales con la que se estaba negociando el pago único con reducción del 20%, sino de Hacienda. Esta concejalía se negó a realizar dicho allanamiento y emplazó a Cetensa a plantear una negociación en materia tributaria por separado y en el futuro.
En un principio, Cetensa aceptó. Sin embargo, a cinco días de formalizar el acuerdo, en torno al 20 de diciembre de 2021, la empresa adjudicataria se desdijo y comunicó al Ayuntamiento que o aceptaba el allanamiento de la deuda o no habría trato. El Consistorio, considerando que esa no era la mejor opción para los intereses del ciudadano ni de la administración, rehusó la condición.
De vuelta a la casilla de salida
A fecha de hoy, el pago de la deuda continúa sin ejecutarse tras no haberse encontrado un acuerdo satisfactorio para ambas partes. El primer teniente de Alcalde, Guillermo Díaz Guerra, al ser consultado por este periódico, asegura: "Volvemos a la casilla de salida". Y la razón es que, al romperse el acuerdo en vísperas de acabar el año y, por tanto, el presupuesto, esa partida presupuestaria deja de existir. "El dinero que no se ejecuta en un presupuesto no queda en saldo en cuentas corrientes. Esa partida -la de 2'7 millones pactada- ya no existe", asegura el edil.
El cualquier caso, la situación genera malestar entre la oposición. La petición de comparecencia respecto a este tema venía este jueves promovida por Ramón Trujillo, del grupo parlamentario de Unidas Podemos. El concejal, consultado por este periódico, considera que el modelo de gestión del cementerio es nocivo para los vecinos de Santa Cruz.
Trujillo propone el modelo de Madrid
"Hay ayuntamientos que reciben dinero con un canon y obtienen beneficio. Santa Cruz también tiene un canon, pero está perdiendo dinero", comenta Trujillo, que denuncia la opacidad con la que Cetensa ha gestionado el camposanto municipal desde su concesión en 1995. Los morados no pueden comprender determinadas prácticas de la empresa, como que continúen cobrando por los enterramientos más allá de 2025 aunque la concesión termine en ese año.
Trujillo, en su intervención, ha puesto el ejemplo de Madrid, ciudad que en 2016 remunicipalizó 14 cementerios, dos tanatorios y dos crematorios y pasó de tener pérdidas a lograr un ahorro de 4 millones de euros en tan solo un año. Además, el grupo promotor de la comparecencia pide un padrón informatizado de la actividad económica de Cetensa y de Mémora (empresa subcontratada por Cetensa para la gestión del tanatorio), ya que, asegura, el Ayuntamiento "no sabe" cómo están estas empresas calculando sus cobros.
Revisar las cuentas
El propio primer teniente de Alcalde, Guillermo Díaz Guerra, reconoció, al finalizar su segunda intervención al respecto de este tema el jueves, que los grupos de la cámara tenían razón al cuestionarse el modelo de prestación de este servicio y que, ya cerca de la finalización de su concesión, el Ayuntamiento debe replantearse si hay que buscar otro modelo similar al de Madrid propuesto por Trujillo. Asimismo, Díaz Guerra ha asegurado que es el momento de entrar a revisar estas cuentas de Cetensa ya que, en ocasiones, "la buena fe de la administración da cosas por buenas y hay que entrar al fondo de la letra pequeña".