El pasado 6 de noviembre, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife clausuraba de forma inmediata la celebración del Rastro por continuos incumplimientos de la ordenanza de numerosos comerciantes y disponía al colectivo a la espera de decidir un nuevo emplazamiento.
Una decisión que provocó una reacción instantánea de los vendedores y que, tras una reunión de urgencia con la administración municipal se decidió mantener el Rastro hasta el 5 de enero en el habitual entorno del Mercado Nuestra Señora de África (calle de José Manuel Guimerá) para su posterior reubicación.
El mejor día del año
Así, este 5 de enero, que casualmente coincide este 2025 con un domingo, será el del punto y seguido de un rastro que se despedirá con el día y la noche más importante del año del rastro para los comerciantes.
Tal es así que es el único con el que cuentan con un permiso ampliado, desde las 7.30 para la instalación de los puestos hasta el levantamiento y marcha de los mismos, ya en la madrugada del 6 de enero.
“El 5 de enero la gente va a ir con la incertidumbre de que van a trabajar y de que el tiempo nos acompañe”, reconoce a Atlántico Hoy la presidenta del Rastro, Carmen Tejera, en relación a los problemas recientes con las inclemencias meteorológicas. “Otros años nos han levantado a las 2 de la mañana, por lo que nos incrementan 2 horas más”, añade sobre el horario ampliado en la última noche en el también entorno de Presidencia de Gobierno de Canarias.
Controles
Una jornada que pondrá punto y final a esa polémica de casi dos meses por la que el ayuntamiento ha puesto máxima vigilancia para que los comerciantes cumplieran con la ordenanza, ante el aviso de cierre inmediato en Navidad.
“Siguen estando los controles y la policía sigue interviniendo. Los controladores están levantando a quien no tiene la licencia, pero en la Noche de Reyes va a ser complicado”, reconoce Tejera.
Noche complicada
En este sentido, deduce que el domingo “se va a meter todo el mundo porque el que lo necesita tiene que intentarlo por donde sea, porque hay gente que tiene mercancía muerta y esa noche la aprovechan para venderla”.
De esta manera, la representante del colectivo sabe que “es un día especial” y que le encantaría que todo el mundo vendiera, “porque cuando tú eres vendedor sabes que la Noche de Reyes es la primordial”.
En este contexto, aclara que “aquellos que tienen un poquito de deudas, las pagan, otros que han cogido la mercancía para pagarla pueden intentar cubrir sus gastos... Es complicado”.
Castigados por la meteorología
Con respecto a cómo ha funcionado el Rastro desde el permiso y ultimátum del Consistorio, Tejera ha sido clara. “Ha ido fatal”. Eso sí, explica que no es debido a la vigilancia administrativa, sino a la mala suerte que han sufrido en forma de inclemencias meteorológicas.
“Un domingo se perdió por la alerta que suspendió el Rastro (como toda actividad municipal). La semana siguiente la gente estaba descontenta por si llovía o no. La mitad no fue ni a vender. No hubo alerta, pero llovió”, abunda.
Eso sí, una vez el tiempo ha iluminado con sol a la capital chicharrera, el Rastro pudo desplegar su mejor oferta con el impulso de las compras navideñas. “Este último domingo los vendedores salieron contentos porque hubo mucha gente y compraron. Fue buena para los vendedores y esperan que este fin de semana lo sea también”, expresa Tejera.
Reunión urgente con el ayuntamiento
Una vez se cierre el Rastro del 5 de enero lo hará una etapa de casi 40 años instalados en el mismo punto -salvo en la pandemia- y la preocupación vuelve a rondar en el colectivo ante la urgencia de que se ponga en marcha cuanto antes el rastro en la todavía desconocida nueva ubicación.
Para tratar de solventar este obstáculo, Tejera ha confirmado que el propio martes, 7 de enero, está programada una reunión con el alcalde, José Manuel Bermúdez, y el concejal de Servicios Públicos, Carlos Tarife, donde esperan conocer la siguiente localización, donde se les permita abrir inmediatamente el 12 de enero.
Objetivo: 12 de enero
“La semana después de Reyes siempre ha sido muy buena porque la gente va a comprar el último regalito de compromiso para un sobrino, el niño o lo que sea”, argumenta la presidenta del rastro. “Vamos a ver ahora, porque la negociación que tengo con el concejal, Carlos Tarife, y con el alcalde, José Manuel Bermúdez, trata de que el rastro no va a estar parado”, agrega.
“Esperemos que sea así, porque el martes mismo es la reunión ya podrían marcar donde lo quieran poner y el sábado estaría marcado el rastro completo. El único problema que le veo es que no se cumpla que sea la semana siguiente, sino a lo mejor a la otra”, termina de profundizar sobre los deseos del encuentro.
Entre protestas y negociaciones
Eso, por la parte que toca con la administración, porque dentro del propio colectivo no sabe cómo será la reacción. “También es que todos estemos de acuerdo, porque si se sale un grupo que quiere ponerse a protestar, a manifestar y a buscar problemas al final no puede entrar el rastro mucho más tiempo”, comparte.
Así, recuerda que es el ayuntamiento quien “tiene la sartén por el mango” y que “ellos deciden si lo paran otra vez, como nos hicieron la otra vez”.
Con todo, Carmen es clara con sus intenciones. “Yo soy de las que quiero negociar, porque sin negociaciones al final te paran el rastro y puede pasar como con la pandemia, que estuvimos un año y pico cerrados”, concluye.