Carmen Tejera, presidenta del Rastro de Santa Cruz de Tenerife, ha mostrado en Atlántico Hoy su rechazo a la propuesta de la Asociación de Vendedores Ambulantes de Tenerife -Avamte-, en la que solicitaban que el mercado santacrucero permitiera acceder a vendedores ambulantes de toda la isla no inscritos en la asociación capitalina y que, además, se llamara Marketplace Físico Rastro Santa Cruz de Tenerife, en coherencia con la petición.
No solo ha cerrado la puerta a la propuesta, sino que lo ha hecho con un portazo y cargando contra la nueva asociación insular, creada en septiembre. “Lo que me llama la atención es que esta asociación, que sale de la noche a la mañana, venga a querer meterse en el rastro y ponerse a vender”, apunta Tejera. “El Rastro de Santa Cruz es intocable”, asegura.
Más de 600 licencias
En este contexto, la comerciante señala que la asociación del rastro de Santa Cruz, que preside desde hace más de 30 años, “tiene más de 800 inscritos buscando un puesto en el rastro”, pero solo cuentan en la actualidad con las 412 licencias que le marcó el ayuntamiento a raíz de la COVID. “Seguimos reclamando las 631 licencias reales del rastro como recoge la ordenanza municipal”.
Así, aclara respecto a la iniciativa de Avamte, que “si hay que meter gente dentro del rastro serán lo que nos faltan a nosotros, que son más de 200”. Además, detalla que “no hay espacio físico para poner todos esos puestos en la misma zona”.
Asimismo, indica que hay casi 3.000 solicitudes en el ayuntamiento que tienen que salir a un sorteo “para la gente que está solicitado un puesto tenga opción a que se lo den, porque desde hace más de ocho años que no se ponen puestos nuevos en el rastro”.
Críticas a Avamte
Sobre Avamte, Tejera recuerda que se crea “por un conflicto en Icod de Los Vinos, donde eran vendedores, les paran el mercadillo y dicen, ‘venga, vamos a hacer una asociación’”. No obstante, a pesar de sus dudas, la representante del rastro de Santa Cruz les desea suerte “porque si ellos logran, como en Gran Canaria, Lanzarote o Fuerteventura, que hay un montón de rastros por todos los pueblos, y ellos consiguen abrir más rastros y mercadillos por la isla, estupendo, porque das más opción a que otros vendedores se ganan la vida, pero el rastro de Santa Cruz es intocable, porque somos 631 licencias”.
Sin embargo, su postura al respecto se endurece en cuanto a la conformación de la asociación. “Cuando surgen asociaciones de vendedores ambulantes todos son presidentes, pero eso hay que elegirlo”, contextualiza. “No es que hago una asamblea libremente y me la invento. Para una asamblea tiene que ir gente, y yo pongo en duda muchas cosas. Cuando se creó la nuestra había casi 300 personas dentro, hubo que crear unos estatutos y hacer toda una organización donde se presenta momentáneamente alguien hasta que vaya cogiendo fuerza y después, cuando se registra, es cuando se retoma otra vez y se busca la persona que lo va a llevar. No es que me nombro presidenta porque a mí me interesa ya está. Eso hay que elegirlo”, argumenta.
“Cualquier asociación que quiera trabajar y hacer algo para los trabajadores de venta ambulante a mí me encanta, porque la venta ambulante es un trabajo digno como cualquier otro y puede hacerse en cualquier lugar del mundo”, esgrime para finalizar.